IAN ANDERSON – Homo erraticus
Más Jethro Tull p´al saco
A la sombra del éxito cosechado por la secuela de Thick as a brick que Ian Anderson, alma mater de Jethro Tull, publicó un par de años atrás, este multiinstrumentista escocés ha continuado trabajando con la misma banda, que además de grabar el álbum realizó la gira mundial que sucedió a la publicación de éste. Este excelente grupo de músicos, compuesto por Scott Hammond (batería), David Goodier (bajo), Florian Opahle (guitarra), John O’Hara (teclados) y Ryan O’Donnell (que se limita a doblar las labores vocales del veterano tuller de cara, evidentemente, a la gira de presentación del álbum, que en estas fechas está por comenzar de forma inminente), acompañan a Anderson, en la voz, flauta (claro) y guitarras acústicas esporádicas.
El disco no acaba de cumplir las expectativas: el listón estaba muy alto después de la perla anterior, y aunque conceptualmente puede parecer brillante, al resultado final le falta fuerza. Bueno, a lo mejor es que Ian Anderson ya empieza a ser demasiado viejo para el rock’n’roll.
Los quince temas del álbum hablan sobre la evolución, más o menos, de la naturaleza humana en tres partes (Crónicas, Profecías y Revelaciones), con algunos altibajos en un disco compuesto de temas entre medios tiempos y lentos directamente. Con un comienzo muy tulliano (Doggerland), pasamos a un momento más medievalista (Heavy metals) que da pie a temas más raritos y poco atractivos (Enter the uninvited, Puer ferox adventus, Meliora sequamur, The pax britannica, etc), salpicados de algunos temas más interesantes, como The Turnpike Inn, The engineer, con su acordeoncito y tal, Tripudium ad bellum, After these wars y el tema que cierra el disco, Cold dead reckoning, que es el más largo (cinco y pico sólo), y viene precedido por un speech (Per errationes ad astra) que lo ambienta de forma excelente.
Un disco correctito, pero sin mucho interés.
