TRIGGERFINGER

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Veteranía hard-rock

By absence of the sun se llama el nuevo disco de los belgas Triggerfinger y el pasado miércoles se dejaron caer por Madrid para presentarlo y ofrecer el primero de los tres conciertos previstos en España (el jueves actuaron en Bilbao y el domingo en Barcelona). Una nueva entrega de hard-rock, este vez si cabe con un puntito más de contundencia y energía. El veterano trío se arremolinó en la oscuridad de la sala Boite y, sostenido por la firmeza del bajo y la batería, dejó que los guitarrazos y la fiera y sugerente voz de Ruben Block hicieran el resto.

A los belgas, que telonearon a los Rolling Stones el año pasado y han participado en multitud de grandes festivales, parece darles lo mismo tener que tocar para veinte personas que para veinte mil. Frente a las no más de cincuenta o sesenta que se acercaron hasta la sala madrileña, Ruben Block fue todo actitud y derroche desde Black Panic, tema con el que abrieron, hasta Off the rack y Cherry (esta última del anterior disco, All this dancin’ around), con las que cerraron. Entre tanto, una hora y media en la que supieron encontrar el equilibrio entre la presentación del material nuevo y la (necesaria) recuperación de sus grandes temas. Canciones como On my knees, My baby’s got a gun, All this dancing, Is it y también Camaro, de su primer trabajo, se colaron entre las de su último largo.

Sin descanso y sin muchas más pausas que las obligatorias para cambiar de guitarra, los tres experimentados compañeros, habitualmente comparados con Queens of the stone age e incluso con Led Zepellin, supieron irse ganando al no muy numeroso público que empezó la noche a la expectativa y la terminó pidiendo más.

Es difícil establecer por qué Triggerfinger continúa siendo una banda que no termina de dar el salto al gran público, los grandes recintos o los mejores horarios en los festivales teniéndolo, como lo tiene, todo lo que en principio hace falta: pegada, talento y canciones de sobra. Habrá quien apunte a la veteranía de sus componentes, pero tampoco parece el motivo: es difícil encontrar a un líder más carismático que Ruben Block.

Sea como fuere, el grupo continúa de gira por toda Europa con más de treinta conciertos en salas programados de aquí a final de año y, visto lo visto y escuchado lo escuchado, no cabe duda de que las tres patas de Triggerfinger continuarán sudando la camiseta y saliendo a ganar en cada concierto. Su música, de otra manera, no tendría sentido.

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