981 HERITAGE SON ESTRELLA GALICIA: TINARIWEN

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Blues desde el corazón del Sahara

El grupo de Mali pasa por Madrid como parte de la gira de presentación de su último disco, Emmaar (2013), una mera excusa para que pudiéramos disfrutar de su blues de sonidos hipnóticos.

 

Cuando pienso en Mali lo primero que me viene a la cabeza es la música del África Negra, empezando por los discos que los españoles Ketama grabaron junto al intérprete de kora Toumani Diabaté, siguiendo con el fantástico Folon del cantante albino Salif Keita, o ese otro gran disco de fusión llamado Talking Timbuktu cuyos responsables fueron Ali Farka Toure y Ry Cooder.

Si bien todos estos músicos podrían representar a la mayoría de la población de Mali, que vive en torno a su capital, Bamako, no hay que olvidar que la mayor parte de la superficie del país pertenece al Sur del Sáhara. Es precisamente de allí que provienen Tinariwen, una formación de músicos tuareg que llevan dando guerra desde 1979.

Tinariwen (9)

Tinariwen, que significa “Los Desiertos”, es un grupo que mezcla el rock y el blues con la música tradicional tuareg y que lideran los cantautores y guitarristas Ibrahim ag Alhabib (Abraybone) y Alhousseini ag Abdolulahi (Abdallah). Son ante todo un movimiento cultural y musical sin una formación fija, por la que han pasado gran número de músicos. Se dieron a conocer a principios de los 80 en un festival en Argel y sus canciones, siempre muy comprometidas políticamente, tuvieron gran repercusión durante la rebelión tuareg de los 90, donde animaban a sus compatriotas a la resistencia. Sus componentes han sufrido el exilio, e incluso ha habido alguno que ha pasado una temporada en prisión. En Occidente empezaron a ser conocidos en el 2003 gracias al Festival del Desierto que celebraba el fin de la guerra entre las tribus tuaregs y el gobierno de Mali. El éxito internacional les llegó con su disco Amassakoul (2004), cuya gira de presentación les llevó a Europa, Asia, Estados Unidos y Canadá. Desde entonces han grabado hasta cuatro discos más, han recibido un Grammy, e incluso se ha grabado un documental sobre ellos (Teshumara, las Guitarras de la Rebelión Tuareg, del francés Jéremie Reichenbach).

Tinariwen (47)

En su reciente visita a Madrid, tocaron en la Sala But, donde reunieron a un público bastante variado, entre el que había gente muy joven, pero también parejas mayores, así como un buen número de extranjeros, algunos de los cuales traían camisetas pro Saharauis e incluso una bandera. Pero por encima de cuestiones políticas, todos habíamos ido allí a pasarlo bien y a disfrutar de la gran calidad de estos músicos en directo.

Los seis miembros de Tinariwen saltaron al escenario a las nueve menos cuarto de la noche con sus camisas largas y turbantes. En esta ocasión Abdallah vino acompañado por otros dos cantantes, un señor mayor que fue el que más animó al público gracias a su gran simpatía y a los bailecitos; y un joven que era probablemente el más inexpresivo de los tres. Constituían tres generaciones de músicos que se turnaban para llevar el peso de la canción, tocar la guitarra eléctrica, o dar palmas. Además había un percusionista, otro guitarrista y un bajista. Durante la hora y media escasa de actuación me dio la sensación de estar escuchando un solo tema con una base de guitarra y percusión monótona, con la que los músicos construían sonidos envolventes sobre los que a veces destacaban los bongos, el punteo de una guitarra, o las voces de los cantantes, que a menudo tenían toques ancestrales.

El grupo contó en todo momento con la complicidad del público, entre el que debían de tener algunos compatriotas a los que se dirigieron en árabe. Al resto no nos dijeron más que algún “merci” o un “gracias”, pero no hacían falta grandes explicaciones para disfrutar de su música hipnótica. Hacia el final del concierto dos chicas se subieron al escenario para bailar junto al abuelo del grupo…  y en los bises volvieron a subirse hasta seis mujeres, poniendo el broche final a aquella fiesta que acabo un poco antes de las diez y cuarto de la noche.

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