GRAHAM BONNET + FACTOR 19

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Decepción

Volvía a España una voz legendaria del hard rock. Graham Bonnet, la mágica garganta que grabó “Down to Earth” uno de los míticos trabajos de Rainbow, además de ser en buena parte responsable de joyas como el primer disco de Impelliteri así como el creador de los mágicos Alcatrazz. Una bagaje impresionante para un músico sin duda diferente. Un cantante que siempre estuvo alejado de la imagen característica del hard rock, fiel a una estética diferente, de pelo corto y corbata, pero a la que en todo momento acompañó con una voz tan poderosa como cálida y atrayente.

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No era la primera vez que Graham Bonnet nos ha visitado en los últimos años, pero sí que en esta ocasión el reclamo de verle atrajo a la Sala Arena a decenas de seguidores de los viejos Rainbow. Todo indicaba que íbamos a gozar de una noche repleta de clásicos y que nadie iba a salir indiferente. A la postre sería así: nadie saldría indiferente, aunque en este caso la indiferencia iba a ser sustituida por una gran frustración ante un concierto que distó mucho de ser lo que el público estaba esperando.

El aperitivo previo con Factor 19 ya llamaba la atención por lo diferente de la propuesta musical de un grupo que autodenominan su música como “Brutal Pop”. A caballo entre el hard rock y el heavy metal más actual trataron de poner toda la carne en el asador ante un público poco condescendiente y no lo tuvieron nada fácil para demostrar que su disco “Campo de sueños” está repleto de temas interesantes. Lo intentaron durante 45 minutos, especialmente su cantante Javier Macaya, en todo momento actuando como un frontman entregado, pese a la dificultad de enfrentarse a una audiencia que en general estaba allí para ver al viejo cantante inglés. Aún así cuajaron una actuación muy intensa y dejaron un correcto sabor de boca. Habrá que seguirles de cerca y volverles a ver en entornos más propicios para averiguar los límites que pueden alcanzar, que seguramente sean muy altos.

El momento había llegado y las primera notas de “All Night Long” hicieron saltar a todos los asistentes. Canción cantada y recordada hasta la saciedad empezaba interpretada por una banda que, lógicamente, poco tiene que ver con sus autores originales: un joven guitarrista, bastante correcto aunque a años luz de la categoría de Blackmoore, Conrado Pesinato; un batería potentísimo, Justin Lack, a tener muy en cuenta de aquí en adelante; una bajista sexy, a la sazón señora de Graham Bonnet, Beth-Ami Heavenstone; y Bonnet, con la voz que nos enamoró a tantos fans del hard rock años atrás. La primera sorpresa negativa era comprobar que la banda no estaba acompañada de un teclista, pieza importantísima de muchos de los temas que esperábamos ver en directo. Pero no obstante, en los primeros momentos, sonando “Love´s no friend” y “Making Love”, pudimos disfrutar con un Bonnet sorprendente por el poderío de su voz y por su estado de forma. Los temas, correctamente interpretados, adolecían no obstante de cierto espíritu. Incluso la actitud de Beth-Ami Heavenstone, manejando una sonrisa forzada durante todo el concierto e interpretando con muy poca solvencia las partes de bajo era perdonable por la calidad de canciones que son ya parte de la historia. Aún tendríamos la posibilidad de recordar “Night Games” antes de que el concierto empezara a discurrir por una senda inesperada y que a la postre acabaría por dejar a la mayoría insatisfechos.

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Y es que, al margen de los largos interludios entre tema y tema, en los que Graham Bonnet lanza largas peroratas, algo que ha hecho siempre, pero que en España pueden no ser entendidas por mucha gente, fue el momento en el que decidió armarse de una guitarra acústica y llevar el show por unos derroteros que poca gente esperaba. Así, tras una versión de “Eight days a Week” de The Beatles y “Always be There”, un corte muy alejado del hard rock, las melodías suaves e incluso poco conocidas se hicieron cargo de la noche, incluso revisitando el viejo tema de los hermanos Gibb “Only one Woman”. De poco sirvió un breve acercamiento a Alcatrazz, “The Witchwood”, tema menor de aquella banda, especialmente si lo comparamos con cualquiera de las perlas incluidas en “No Parole for Rock and Roll”, injustamente olvidadas.

Rainbow volvería a sonar con “Since you´ve been Gone” y “Lost in Hollywood”, donde la voz de Bonnet comenzaba a sentirse más tocada y tras unos breves minutos de despedida, una inesperada vuelta al escenario les llevaría a repetir el tema con el que habían comenzado, “All Night Long”. El argumento ante la repetición de dicho tema, la falta de tiempo para ensayar más canciones. Argumento que lógicamente acabó por enfadar aun más a algunos de los presentes.

 

En definitiva un breve concierto que supuso una gran frustración para aquellos que esperaban disfrutar de una noche de Rainbow, incluso que soñaban con escuchar completamente “Down to Earth” y que acabaron boquiabiertos al encontrarse con la racanería de un músico que debería haber tenido más presente esto. Sin duda puede pasarle factura en próximos conciertos en España, puesto que hay oportunidades que merece la pena no dejar pasar y en este caso Graham Bonnet decidió hacer un concierto para cubrir el expediente. Sin llegar siquiera a hacerlo.

 

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