PORCO BRAVO + TURBONEGRO

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Sangre, serpentina y sudor

La verdad es que quien eligió el cartel para el evento no pudo dar más en el clavo. Baracaldo contra Oslo, la Piara contra los Turbojugend en un mano a mano con el rock and roll más macarra y vigoroso por bandera. High energy entre el norte y el sur, con dos maneras distintas de expresar la testosterona.

Porco Bravo tenían más que ganar que perder. No eran los cabezas de cartel, su nombre y sus espectáculos se comentan por los mentideros, y lo de merendarse al grupo cabecero mola. Y lo lograron sin ninguna duda  con el freno echado. Imagino que aquellos que nunca les habían visto fliparon en colores por su mezcla de rock poderoso (y de evidentes aires escandinavos), su precisión en la interpretación, las guitarras dobladas de las Gibson Les Paul  y el espectáculo que monta su cantante Manu “El Gallego”. En los 45 minutos que tuvieron Manu no paró de saltar, berrear, arengar a las masas, hacer sentarse al público, graparse en el pecho y la cara o hacer surf cabalgando entre las cabezas del atónito respetable.

Muchos dirán que eso no vale nada si no hay un soporte musical detrás. Y lo hay, vaya si lo hay. Su tercer disco es de lo mejor que se ha grabado este año por estos lares,  y cada vez suenan mas rodados y solventes porque no paran de girar. “Lasciva”, “Donante” o “Puto amor” se combinaron con trallazos nuevos como “Nunca pasa nada”, “Lemmy” o “Se quema”, sin contemplaciones ni divagaciones, al grano. No hubo fuegos de artificio pero no hacían falta porque nos pusieron “cachondos”.

Un hándicap: el efecto sorpresa se diluye cuando ya los has visto varias veces. Lo van a tener que remediar con una buena pila de himnos en el futuro o sacarse más conejos de la chistera.

El público venía a ver a los noruegos TURBONEGRO, pero la papeleta no era fácil después de la que habían liado los de Baracaldo, pese a que cuando tocaron la sala no estaba del todo llena. Los de Oslo no son la banda que se comió el mundo a finales de los 90-principios del 2000. Su nuevo cantante británico (Tony Sylvester AKA Duke Of Nothing) cumple  simplemente, y su última obra del 2012 sólo sirve para cubrir el expediente de salir de gira.

La sensación fue de medio gas, un concierto más de su  gira europea, con algún problema de sonido importante (la guitarra rítmica de Rune Rebellion casi no se oía). Pero es innegable decir que quién no disfrutase con la combinación de temazos, entre el glam sexy-gay y el punk-rock,  de “Back To Dungaree High “Are you ready”, “Fuck the world”, “Get it on”, “The age of pamparius” o “I got erection” no tiene perdón. Eso sí, el momento pachangueo  de versiones (Nirvana, Metallica, Alice Cooper) acabando con un “Money for nothing” de Dire Straits llevado a su terreno, se lo podían haber ahorrado muy gustosamente. Happy Tom, compositor de la mayoría de los temas, y Euroboy son los que mantienen la chispa de la banda pero sólo con el pasado no les va a servir para seguir funcionando a un alto nivel.

Conclusión final tras el descuento: BARACALDO 1-OSLO 0.

Santino.

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