LYDIA LOVELESS

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Una voz estupenda

La joven Lydia Loveless dio un concierto eléctrico con su banda en la sala El Sol para traer sus canciones de su último disco “Somewhere else” publicado el año pasado. Apareció con el pelo rojizo, y no rubio como otras veces, y traía una imagen menuda y un tanto descuidada, desde luego nada de preparada. Ahora tiene 24 años y ya ha sacado tres discos. Su estilo es el country-folk. Además, es la compositora, y sobre todo tiene una voz estupenda. Sí, de esas que transmiten muchas sensaciones. Y viniendo del country, donde las historias que se cuentan son en muchas ocasiones de amores turbulentos, de bebida y carretera, esta mujer consigue que te creas que todo eso ella ya lo ha vivido y que aún le queda mucho por vivir y por contar. Ella se muestra sincera, abre su corazón, no le tiembla el pulso para hablar de sexo o alcohol, y nosotros recogemos sus canciones y nos las llevamos puestas.

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Alguien tiene que mantener la llama de la música con raíces con pulso nuevo, y ella lo hace con una franqueza que dignifica el género. No es música de nueva tecnología ni va dedicada a un público joven que devora canciones como palomitas en un cine. Tampoco revoluciona el mercado, pero como siga en esta línea, seguro que su evolución va a ser de lo más interesante. Debe ser arriesgado apostar por un tipo de música que no te va a llevar a las listas de éxito, pero si las críticas son buenas, y lo están siendo, ella podrá hacer su camino, equivocarse y abrir nuevas rutas.

Vino acompañada por una banda enérgica de batería, guitarra (alternando con steel), otra guitarra (algo pasado) y su marido Ben Lamb, al bajo. Ella también toca la guitarra. Suenan las canciones muy desgarradas, con mucho guitarreo, y ella mantiene una pose un tanto punk, aunque parezca raro.

Abrió el concierto con “Verlaine Shot Rimbaud”. ¡Quién diría que no sería Patty Smith quien hablara de esta relación tan literaria!, pero como relación turbulenta, bien que se cuela en el imaginario del country. Una de las canciones que cantó fue la dedicada a “Chris Isaak”, bastante cruda. Muy buena también la de “Wine lips” de su anterior disco o la canción que da título a su último álbum “Somewhere else”, el más rockero. Todas estas canciones tienen calidad de sobra.

Poco después de la media actuación todos los músicos se fueron y se quedó ella sola ante el público y nos deleitó con cinco temas, casi en acústico. Lydia y su suave guitarra sonó aún más íntima y cruda que antes.

Regresaron para la última canción. Solo dijo “Gracias” de vez en cuando después de los aplausos, pero estoy seguro que se marchó muy satisfecha de su concierto y de la respuesta del público.

Ahí se acabó un concierto que me descubrió a una mujer muy joven, pero que espero sea de larga distancia.

Lista de canciones: Verlaine / To love somebody / Hurts / Wine lips / Say no / Head / Same to you / Chris Isaak / Somewhere else / Come over / Can’t change me / Out on love / Real / Mile high / Really wanna

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