AZKENA ROCK FESTIVAL 2015 (II)

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2 PREGUNTAS CON RESPUESTA (Part two)

Día 20 – ¿DAVID LOWERY ES DIOS?

Suele pasar que el día sábado te levantas con la cabeza algo “pantanosa”, pero eso se soluciona una vez empiezas a escuchar la música y cual Garfield atrapado por el olor de la lasaña, sientes la necesidad imperiosa de volver a la plaza de la Virgen Blanca.

Esta vez, los presentes tuvimos la gran suerte de ver a SVEN HAMMOND, que había tocado el día anterior a las 18.00 de la tarde, cuando muchos todavía ni habían llegado a la ciudad verde.

El concierto de los holandeses se fue asemejando poco a poco una tela de araña soulera que finalmente atrapó al más escéptico. Escribo esto y me ratifico ya que escuchando su último trabajo “IV” creo que estamos ante un LP que dará que hablar. En directo son capaces de jugar esa carta de sonido sensual que remite a bares de luces medio apagadas. Imagínense a Stevie Wonder luciendo unas gafas de sol con monturas de neón: eso y no otra cosa es el sonido que desprenden SVEN HAMMOND. Celebración de la vida por todo lo alto. ¡APLAUSE!

¿Sigue teniendo algo que ver Josh Homme con EAGLES OF DEATH METAL? Pues sí, de hecho ha vuelto a unir fuerzas con su “brother” Jesse Hughes para lanzar nuevo trabajo después de siete años, “Zipper down”. Más allá de eso, lo importante es que la banda se subió con un sol de justicia al Bobby Keys para quitarnos de un caderazo el recuerdo de Joshua. Y es que EAGLES OF DEATH METAL son una banda muy eficaz. Gozan de tal cantidad de hits y micro-hits, que es difícil que la cosa salga mal. “Dont´speak”, “I want you so hard”, “I only want you”…Si los conoces sabes de lo que hablo, si no, te diré que son la versión Micro-machine de los Queens of the stone age pero con mucho más sentido del humor y con un mostacho que será recordado por muchos años. Absoluto sinónimo de diversión. Es cierto que podrían haber servido para alegrar más alguna de las dos noches en vez de la tarde del sábado pero bueno, el cachondeo se sirvió de igual manera.

CRACKER llegaron para poner orden en una jornada de sábado que se preveía como cajón de sastre. David Lowery nos tendió la mano y sin rechistar la tomamos al primer riff. Qué buenos son CRACKER, ¿verdad? Tienen un amplísimo catálogo de canciones maravillosas. A poco que les acompañe el sonido (como en esta ocasión) es muy difícil que la cosa no sea algo muy notable. Ese rock americano que parece sacado de un taller artesanal nos vuelve locos a los azkeneros, ¿a qué sí? Saltamos, cantamos…CRACKER son de esas bandas que son como viejos amigos. Cuando termina el concierto tienes una sensación que es algo así como: Hoy me despido de vosotros CRACKER, de “Euro trash-girl”, de “Low”, sabiendo que algún día, puede que mañana, puede que pasado, volveréis y seréis justo como yo os recordaba. Hasta la vista, hermanos. SABER ESTAR. SABER HACER. Mi primogénito se llamará CRACKER. ¡Basta ya!

Hay conciertos que esperas con ansia y recelo a la vez. Piensas: el último disco es bastante bueno pero, seamos sinceros, esto en directo puede aburrir a little bit. Justo eso me pasaba con el directo de REIGNING SOUND. Saltaron al Kim Fowley con la cabeza puesta en su último álbum “Shattered” (el disco, a mi juicio, en el que han cruzado definitivamente la línea roja que separaba su garage de su soul). Con un planteamiento menos sucio, más parecido a propuestas que podrían asemejarse a The Black Keys, REIGNING SOUND pusieron todo lo que estuvo en su mano para convencernos de que ese es su camino, pero algo no terminó de cuajar, puede que el sonido, puede que el exceso de templanza de una banda que se espera intensa. Esto quedó bastante claro cuando tocaron su queridísimo “Straight shooter” (hitazo de la vida) en último lugar, como diciendo: Sabemos que lo queréis, pero ya no somos esto.

Corría el año 2005…En La Cantueña (Fuenlabrada) hacía un calor de película, tanto que se podía considerar que el Festimad estaba teniendo lugar en Tatooine. Llegado el momento, tomé la decisión de ver a unos chavales, que decían hacían mucho ruido, llamados MASTODON. Entré con la desconfianza de quien no conoce y salí maravillado de aquella carpa. No fueron pocos los que comentaban al salir: “Los nuevos Metallica”. Bien, diez años han pasado de aquel festival, diez años en los que MASTODON se han coronado como reyes del metal actual. ¿Ha cambiado algo desde entonces? Pues sí y, desde el punto de vista de quien suscribe, a peor. La evolución de la banda ha sido una constante búsqueda de la canción de metal perfecta. Lo que antes inquietaba y seducía ahora cansa ya que no dejan lugar a la imaginación del oyente. Ocupan cada hueco de la canción con todas las variaciones necesarias, ya sean vocales, musicales…Sí, Metal Rococó, amigos, en eso, humildemente creo, se han convertido MASTODON. Entiendo que al público le guste ya que la ejecución es impecable y el sonido les acompaña. Técnicamente irreprochables pero…Lo siento, servidor se baja de este tren. Antes daban miedo, ahora dan recitales.

Y de algo tan vestido a algo tan desnudo como JOHN PAUL KEITH. Todos lo hemos pensado: Es inglés, sobrino político de Elvis Costello ¡Pues no! Es americano pero el caso es que le acompaña una elegancia tanto en la forma como en el fondo que confunde. Sota, caballo y rey. Blues, rock n´roll y medios tiempos con estribillos épicos. Sonaba todo tan reconocible después del tsunami sonoro de MASTODON que fue como una ducha musical en toda regla. “Never could say no” es uno de esos temas que definen a un artista: Yo voy a disfrutar tocando esto y tú también. Un poquito de Roy Orbison por aquí, un poquito del citado Costello por allá…Sin hacer mucho ruido, el señor JOHN PAUL KEITH se llevó unos cuantos corazoncitos de Vitoria. Además acabó el concierto con, a mi juicio, una gran frase. Mientras sacaba una foto de la audiencia azkenera dijo: Esta foto es para mi madre….Y para mis ex-novias. Grande.

Al propio JOHN PAUL KEITH se le vio poco después yendo a ver a OCEAN COLOUR SCENE con más interés que a otros muchos azkeneros. El caso es que los ingleses (estos sí) no pegaron por ninguna parte. Sí, claro que son una bandaca, claro que coreamos temas como “Profit in peace” o “The circle” pero como que algo fallaba en el concepto. No era tarea fácil quitarse el San Benito de “parche de última hora” y creo que no lo lograron. Nunca está demás recordar a una gran formación como OCS pero no en este contexto azkenero.

Reconozco que fui a ver a KVELERTAK con más miedo que vergüenza pero pasó como pasa muchas otras veces: que te callan la boca. Si el recelo a ese tipo de heavy hardcoretero me tiraba para atrás, KVELERTAK consiguieron convertirse en una gran banda de hard rock neandertal (con su touch hardcoreta a veces, claro) que despachaba riffs a diestro y siniestro y los conjugaba con estribillos que parecían escritos para el “Age of empires”. Como si Thor hubiese formado una banda entre Manowar y The Hellacopters, eso es KEVELERTAK. “No nos mires, únete” parecían decir puño en alto los noruegos mientras ponían punto y final a esta edición del Azkena tan irregular como brillante en ciertos momentos.

PD1: Dios no me dio el don de la ubicuidad pero sí el de la amistad, es por ello que grandes amigos me hablaron maravillas de “The White Buffalo” y “Off”. Conste en acta.

PD2: La pinchada de David Lowery fue digna de ser recordada. Puso patas arriba a una audiencia no tan entregada en algunos de los conciertos anteriores.

PD3: ¿De verdad tengo que contestar a la segunda pregunta? ¿REALLY?

 

 

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