UN PINGÜINO EN MI ASCENSOR & FRIENDS

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Genio del pop nasal

La crisis de los cuarenta me está afectando y eso que aún no los he cumplido (este próximo octubre si la autoridad competente no lo impide) y uno echa la vista atrás a los primeros pinitos musicales, que en mi caso fueron en la segunda mitad de la década de los ochenta. Y ahí, UN PINGÜINO EN MI ASCENSOR, desde luego ocupan un lugar en mi corazoncito. Como todo primer amor, llega un momento en el que simplemente lo olvidas, en este caso sin malos rollos, “sin terceras personas”. Es probable que hiciera más de dos décadas que no escuchara sus canciones, mis cassettes están perdidos y ya no suenan en la radio, como antes lo hacían en los 40 principales, pero la oportunidad de verles en directo, no me la había planteado, aunque ellos no han dejado de actuar en todo este tiempo.

Un pinguino en mi ascensor (24)Sonaba bien verles en el Ochoymedio, templo del indie madrileño por antonomasia, y además con alguna que otra sorpresa en forma de “amigos”. Porque la banda siguen siendo José Luis Moro y Mario Gil. Siempre me gustaron sus letras, y me resulta curioso que cuando sonaron canciones como “Atrapados en el ascensor”, “Arqueología en el jardín” o “El club de tenis”, recordara sus letras con claridad asombrosa. Ellos están sembrados, tanto en las interpretaciones como en los monólogos entre tema y tema y es que siguen teniendo ese algo, que les hizo destacar dentro del panorama pop de le época.

Si debo decir que sus versiones adaptadas de otros temas no me causaron tanta gracia, pero reconozco que el público, que casi llenó la sala si se lo pasó bien en esos momentos de delirio colectivo. Ese “Beat It” transformado en “Pitis” (genial para los que hemos frecuentado la line C-8 de cercanías Renfe de Madrid), el “Voyage, Voyage” convertido en “Foei Gras, Foei Gras” o el “Love Is In The Air” renombrado como “Vuelo en Ryanair” no resultan ni de lejos tan mordaces como sus clásicos intemporales: “Espiando a mi vecina”, “Quiero ser un teenager americano”, “Perestroika”, “El sangriento final de Bobby Johnson”, “Juegas con mi corazón” o “He-Man y Barbie”.

Un pinguino en mi ascensor (10)Así pasamos dos horas, mitad nostalgia, mitad reconocimiento de las maravillosas letras de José Luis, pero ojo, sobre todo disfrutando mucho de ellos dos y de sus tres invitados: Antonio Zancajo de Paraíso y La Mode de los que tocaron un par de temas, uno de ellos “Cita en Hawaii”, Alberto Fernández, colaborador en ‘Piromanía’ al acordeón (grande “Eres más complicada de armar que un mueble de Ikea”) y Santiago Racaj, miembro del grupo en la época de ‘Disfrutar con las desgracias ajenas’, a la guitarra.

Debo reconocer que uno de sus temas nuevos sí que me conquistó como sus temas de hace treinta y cinco años a la primera: “41 películas porno” y es que es un perfecto retrato de toda una generación que vivió los tiempos de los videoclubs en Madrid y resulta que esa generación es la mía. “Too Old To Nasal Pop, Too Young To Die”, una gran verdad que llevaba José Luis en su camiseta en la que se resume su filosofía.

Podéis ver las fotografías del concierto en el video:

2 pensamientos sobre “UN PINGÜINO EN MI ASCENSOR & FRIENDS

  1. Si eres más de «sus clásicos» creo que has obviado el gran tema que es «Moda y Meditación», una de las poco habituales y a su vez más brillantes del repertorio, y que tocaron a la perfección, para el goce de los allí presentes…

    SON UNOS GRANDES, larga vida al Pingüino.

    Bss

  2. Tienes razón, aunque la crónica no pretendía ser un resumen exhaustivo de todos los temas tocados.

    Son muy grandes, no te digo más que me planteo ir a verles de nuevo (¿tal vez en el Galileo?) para volver a echar un rato muy agradable, con unos temas que forman parte de mi vida.

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