NORAH JONES

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La texana seduce Madrid

Se presentaba Norah Jones en Madrid con un nuevo álbum bajo el brazo, Day breaks. Sexto trabajo de una cantante que parece haber abandonado esa primera línea de exposición mediática que consiguió durante sus primeros años. Un cambio, si es que lo hay, que no ha hecho más que permitir a la artista texana seguir indagando en esa sutil mezcla de jazz, country, blues y algo de folk de la que este disco es ya la sexta entrega.

Un LP que ha sido alabado por la excelente producción de una voz que se apoya más que nunca en el piano. En Madrid, en el lejano Palacio Municipal de Congresos, Jones se rodeo de un no-tan-joven equipo de músicos entre los que se encontraban el saxofonista Wayne Shorter, el organista Dr. Lonnie Smith y el batería Brian Blade con los que además de girar, ha grabado el disco.

Sin mucho más que decir que algunos “te quiero” y “gracias” ocasionales, que fueron convenientemente replicados por un público entusiasta, la pianista se centró en defender su más reciente publicación. Day breaks, la canción homónima, se encargó de romper un hielo que, como solo saben hacer ella y unos pocos más, no estalló de golpe sino que se fue resquebrajando apenas unos milímetros con calda golpe en las teclas del gran piano colocado en la parte central del escenario, frente al que se sentaba Norah Jones.

Sinkin soon, con el contrabajista echándose al grupo a las espaldas y tirando del carro, consiguió levantar tímidamente al público de los confortables asientos del palacio, perfectos para hundirse en ellos mientras la música del sur del Mississippi y la frontera con México nos mece.

El tramo más country-rock llegó cuando la cantante se levantó y cambió las teclas del piano por las cuerdas de una guitarra en las que rasgó Long way home, Come away with me y Stuck. Aplausos y más aplausos, smartphones y más smartphones se sucedían entre un público que disfrutaba con los que estaba viendo y, sobre todo, escuchando.

La cantante se quedó sola durante el tramo final para interpretar hasta cinco temas que incluyeron desde un Little broken hearts para enmarcar hasta Don’t be denied, el tema de Neil Young que Jones ha incluido en su último álbum. Tras la falsa despedida y los aplausos de rigor, la banda se ha hecho con un puñado de instrumentos acústicos, el batería se ha pasado al tambor de madera y, frente al escenario, como si de un porche cualquier se tratara, le han cantado a la noche madrileña y un Sunrise casi susurrado, Creepin’ In y How many times, ya diciendo adiós. Aquí tienen su casa.

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