ALEJANDRO ESCOVEDO + LOS ANTONIO

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Todo un clásico!

Alejandro Escovedo es un músico de larga trayectoria, que sigue creciendo. Su último disco se titula “Burn something beautiful” y es realmente bueno, está lleno de canciones personales que reflejan su recorrido y sus experiencias vitales, algunas muy difíciles. Canciones como “Horizontal” o “Beauty of your smile”, que sonaron esta noche, son un buen ejemplo.

Vino acompañado de una banda italiana llamada Los Antonio, que antes de que subiese Alejandro al escenario, actuaron ellos mismos de teloneros, presentando su estilo musical, no muy habitual, con recuerdos a bandas sonoras de películas de los años 70. El grupo lo forman cuatro, guitarra, bajo, batería y piano o sección de viento, con saxofón. Las canciones eran muy instrumentales, sólo era cantado o coreado el estribillo, y pusieron un toque muy agradable a la noche. Apenas media hora para dejar satisfecho al público con ritmos latinos, el surf o el twist, ese género tan divertido y sensual.

Después del descanso de rigor, subieron todos al escenario. Alejandro Escovedo durante toda la actuación siempre se mostró muy pendiente de los otros músicos, especialmente de la otra guitarra, Antonio Gramentieri, con quién no dejaba de mirarse y enfrentarse en los guitarreos. En realidad, parecía que era su banda de siempre, no sólo de esta gira. Aunque empezó sin presentarse ni hablar, más tarde sí que nos contó unas cuantas cosas, con un aire más bien tímido, acerca de su vida.  Especialmente emotivo fue el recuerdo de su padre, emigrante de México, y de sus hermanos músicos de gran nivel y prestigio. Más tarde, a su hijo Diego (como Ribera) le dedicó la canción que le escribió cuando era niño. Hubo también bastantes recuerdos, a Chuck Berry, cómo no, o a Chuck Prophet, otro amigo con el que ha compuesto algunos temas.

Una de las canciones más destacadas fue “Castanets”, sin duda. En realidad, no sonaron muchas canciones en este concierto, porque el repertorio elegido fue de temas largos con mucho guitarreo y sección rítmica. También incluyó un pequeño conjunto acústico, que terminó con “Down on the bowery”. Otra que sonó fue “Bottom of the world”, que sería una de mis preferidas si no me recordara demasiado a “Powderfinger”. Así que me quedo con “Sally was a cop” una canción que trata sobre la corrupción, y que es ideal para los directos, porque es de ésas que no se acaban y suben y bajan y se alargan sin cansar nunca. De Bruce Sprinsgteen, que es uno de sus referentes, de estilo y de inspiración, tocó “Always a friend” con la que se despidió en una especie de catarsis colectiva de exaltación de la amistad.

Después, en los bises, la última canción fue “Like an hurricane”, sí la de Neil Young, tan larga, distorsionada e intensa como se merece. Una pasada.

Podéis ver las fotografías del concierto en el siguiente video de nuestro canal Youtube:

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