RESURRECTION FEST 2025

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XX Aniversario en Viveiro

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Miércoles 25 de Junio

Un año más, Viveiro se «viste de negro» para celebrar el vigésimo aniversario del Resurrection Fest. Esta edición ha reunido a más de 140.000 asistentes (con un promedio de 30.000 personas por día), marcando un nuevo récord histórico para el festival. Aunque se nos prometió una edición inolvidable para conmemorar esta fecha tan especial, en mi opinión, y a pesar de todos los esfuerzos, esta edición no ha sido tan espectacular como se esperaba.

Viveiro, que triplica su población durante la semana del festival, acoge a miles de metaleros que peregrinan hasta este punto de encuentro para reunirse con amigos, disfrutar de la música y ver a sus bandas favoritas. La convivencia entre locales y visitantes temporales es siempre tranquila, llenando las terrazas y la plaza del pueblo de un ambiente único.

Esta edición no ha estado exenta de polémica, tras la publicación de un reportaje que revelaba que el fondo de inversión pro-israelí KKR es propietario de varios festivales internacionales, entre ellos el Resurrection. Esto provocó una oleada de cancelaciones, comunicados de bandas desvinculándose del genocidio y un revuelo mediático que, finalmente, no pasó de ser polvo al viento.

El día comenzó con las siempre poco bien recibidas noticias de cancelaciones: Crossfaith y House of Protection no formarían parte del cartel.

Mi primera jornada arrancó con LetLive., y bastó ver al cantante para intuir que aquello no iba a ser un show cualquiera. Como es habitual en él (ya sea con esta banda o con Fever 333), se bajó al público, cantó entre la gente y terminó subido “a caballito” de vuelta al escenario, aclamado como un torero con dos orejas en la mano.

A continuación, pude disfrutar de Novelists, una banda que descubrí hace años y a la que había perdido la pista. Ahora regresan con fuerza, presentando a su nueva cantante, Camille, y una formación más madura. Su puesta en escena es más definida, defendiendo un estilo de metalcore melódico propio.

 

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Hoy parecía ser el día de las female-fronted bands, agrupadas en una jornada que ofreció una falsa sensación de paridad que no se repetiría en los días siguientes.

De Francia, salté a Ucrania con Jinjer y otra de las vocalistas referentes en la escena internacional de festivales. Jinjer es sinónimo de calidad, carisma, un show potente, riffs contundentes y, por supuesto, reivindicación política.

De ahí, volé a Australia con Skynd, una propuesta de metal industrial oscuro cuyas letras se centran en asesinatos y crímenes reales. Escenografía minimalista pero efectiva, en una estética de horror.

A las 22:30 llegó uno de los cabezas de cartel más esperados: Judas Priest, celebrando el 35º aniversario de Painkiller. Un show a la altura de la leyenda, aunque con una energía que ya deja ver el paso del tiempo.

Más tarde, Tarja (ex-Nightwish) ofreció un show que, en lo personal, se quedó corto. Su propuesta intenta mantenerse en la línea del metal sinfónico, pero la sombra de su antigua banda es alargada, y su proyecto en solitario no consigue despegar del todo ni emocionar como antes. Las canciones intentan acercarse al metal sinfónico que ella una vez dominó, pero se quedan a medias.

Cerré la noche con Kananfieber, la gran sorpresa del día. Su estética bélica alemana evocó un sonido similar a un Sabaton descafeinado, pero con gran actitud y letras centradas en la Primera Guerra Mundial. La mezcla de historia, metal y una interesante puesta en escena fue, sin duda, un acierto.

 

Jueves 26 de Junio

La segunda jornada del Resurrection Fest amaneció más nublada y fresca, lo cual se agradeció y facilitó aguantar otro día de festival. Mi día empezó con Killus, una banda de Castellón muy conocida en la escena del metal industrial. Contaron con una buena base de fans que los apoyaron desde primera hora. Como siempre, su puesta en escena fue impecable y el sonido espectacular.

Northlane fue el siguiente en mi lista. Este grupo de metalcore de Sídney demostró un potencial enorme sobre el escenario. Con un vocalista carismático, buenos riffs y breakdowns, tienen mucho que ofrecer. Si te gusta Architects, Northlane es una banda que debes escuchar.

 

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A continuación, vinieron los dos cabezas de cartel del día. El carismático y polémico Till Lindemann, frontman de Rammstein, fue uno de los más esperados al ser su primera vez en solitario. Un espectáculo donde todo puede pasar; quién iba a imaginar que en el menú de sorpresas habría lanzamiento de sardinas al público. Un show que no deja indiferente a nadie, rodeado de controversia, que parece utilizar a su favor para alimentar el morbo que le rodea.

Tras la “Kornsternación de 2022” cuando cancelaron por problemas logísticos, por fin pudimos ver a Korn, cabeza de cartel muy querido que deleitó al público con un setlist lleno de éxitos que todo el mundo coreó, consolidándose como uno de los mejores conciertos del festival.

 

 

Viernes 27 de Junio

Against The Waves abrió esta tercera jornada, mucho más soleada que la anterior, sin dar tregua a los asistentes que apoyaron a los madrileños desde primera hora. Ofrecieron un gran show con una potente puesta en escena de metalcore melódico, combinando voces limpias y guturales, riffs potentes y breakdowns que invitaban a los asistentes a participar en constantes moshpits y circle pits. Es una banda con mucho potencial y un sonido contundente, con capacidad para crecer y aspirar a llenar los Main Stages de los grandes festivales internacionales.

Unprocessed, desde Alemania, fueron los siguientes. Los conocí con su álbum Gold, cautivándome con su sonido característico dentro del metal progresivo y djent, con riffs pesados, voces limpias y un tapping impecable con el bajo. Lamentablemente, este sonido pulcro y técnico no pudo lucirse debido a problemas técnicos que obligaron a la banda a detener el concierto varias veces.

Luego fue el turno de Tesseract en el Main Stage, los reyes del djent. Su estilo es un viaje entre lo brutal y lo introspectivo, mezclando metal progresivo, melódico y ambiental. Quizás demasiado ambiental y técnico para un festival, el concierto se hizo un poco pesado para algunos.

 

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Las suecas Crucified Barbara llegaron al Ritual Stage con su energía arrolladora y actitud rebelde. Una formación totalmente femenina que mezcla hard rock clásico, heavy metal y toques de punk, creando un sonido crudo y poderoso con influencias de bandas como Motörhead, Judas Priest o AC/DC.

Mi última banda del día fue Falling In Reverse, con su carismático y también polémico Ronnie Radke. Fue precisamente él quien, con unas declaraciones sobre uno de los guitarristas de Crossfaith, provocó la cancelación de su gira y, por ende, su ausencia en el Resurrection Fest. Radke es el centro creativo de la banda, rozando la egolatría. Su estilo es versátil, mezclando post-hardcore, metalcore, electrónica y punk. La puesta en escena es explosiva, con pirotecnia y llamas, donde Radke demuestra su fuerte presencia escénica y dominio del escenario, a la vez que sigue alimentando las polémicas que lo rodean.

 

 

 

Sábado 28 de Junio

El tiempo vuela. Hace nada estábamos disfrutando de Novelists y hoy ya nos preparábamos para cerrar otra edición del Resurrection Fest.

Mi primera banda fueron Adept que vinieron a suplir a Crossfaith, una banda que antes de ayer cuando se levantaron no sabían que hoy iban a tocar en el Resurrection Fest y que tras la llamada de últimisima hora, han tenido que pedir dinero prestado a sus amigos para poder pagarse todos los costes para afrontar un concierto de esta magnitud de un día para otro. Lejos de ser solo un sustituto, Adept llegó para quedarse. Demostraron que el Main Stage es su lugar, dejando al público muy satisfecho con su metalcore moderno, una excelente producción llena de fuego y un sonido contundente y pesado.

Los cabezas de cartel del día fueron Slipknot, y eso se notaba en el ambiente, con gente vestida con sus característicos trajes industriales. El show conmemoró su primer disco, Slipknot, con un setlist que honró perfectamente ese debut.

Mientras Slipknot acaparaba la atención, Siamese tocó en el Chaos Stage, y para su sorpresa, la carpa estaba bastante llena. Los daneses trajeron su metalcore melódico moderno, caracterizado por integrar un violín en sus partes melódicas. Es una banda con una buena base melódica, coros pegadizos y una conexión genuina con el público, que los apoyó a pesar de la hora, el cansancio del último día y la competencia con los de Iowa.

Después de Siamese, disfrutamos de los fuegos artificiales. Aunque me parecieron menos impresionantes que el año pasado, fueron casi imperceptibles debido a una densa nube de humo provocada por la humedad, que impidió ver el espectáculo con la nitidez que merecía.

Skindred fue la última banda del Main Stage del festival. Famosa por fusionar metal con reggae y crear el «regga metal», Skindred es sinónimo de fiesta en el moshpit. Liderados por el carismático Benji, Skindred combina riffs pesados con grooves bailables y una actitud festiva e hiperenergética.

 

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Así cerré mi XX edición del Resurrection Fest. Aunque no ha sido tan ostentosa o diferente como se anunció el año pasado, sí se han visto mejoras que demuestran que los cambios son siempre bienvenidos.

Este año, las pantallas laterales eran más grandes, permitiendo una mejor visualización desde la parte trasera. También se instalaron mejores pantallas detrás de la torre FOH, lo que permitió ver el show desde los tres lados de la torre sin problemas, un gran acierto.

Entre las mejoras también destaca una nueva zona VIP a la izquierda del Main Stage, de acceso exclusivo para unos pocos seleccionados.

Por supuesto, destacar el trabajo de Claudín en la organización de prensa, que nos mima y nos quiere buscando nuestro bienestar dentro de sus posibilidades. Este año contamos con una zona de prensa con agua fresca e incluso jamón, lo cual fue un gran detalle cuando el hambre apretaba y necesitabas un tentempié para continuar con la cobertura del festival.

Quizás para esta edición tan simbólica eché de menos un poco más de énfasis en el ambiente y las instalaciones, algo que hiciera especial este XX aniversario. El único cambio significativo que vi fue el de la calavera en el Pandemonium. Faltó más atrezzo relacionado con este aniversario en las instalaciones del festival. Era la excusa perfecta para darle un giro a la decoración y simbolizar esta edición.

Anotad la fecha: el año que viene nos vemos en el Resu del 1 al 4 de Julio. Me despido de esta edición que, sin ser sobresaliente, ha sido memorable por muchos motivos. ¡Nos vemos el año que viene, Resurrection Fest!

 

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