C.O.F.F.I.N + AUTOMATIC LOVERS

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Volver a lo esencial

COFFIN_25

El Sol, Madrid, 11 septiembre 2025

Fotos: Alex García

Texto: Héctor Checa

 

Rodeados de música artificial hecha con aparatos tecnológicos, de cantantes que bailan como ángeles al son de una banda virtual que no dice nada o aparatos de promoción que a menudo son mayores que el talento, igual se nos ha olvidado que el rock and roll era algo muy sencillo y a la vez, primario, importante, vital. Un grupo de amigos que se juntan para hacer canciones y las tocan a la vez, sin miedo al ruido y con ganas de volcar toda su furia en eso, en la música.

Y eso es lo que vimos el jueves 11 de septiembre.

Primero, Automatic Lovers, una banda de chavales mucho más jóvenes que el público, llenos de actitud punk rocker, con un guitarrista adrenalínico, un batería gimnástico, un bajista de imagen impactante y un cantante que se deja el alma en cada canción. Ser teloneros es siempre un desafío, pero la decena de canciones que soltaron estos muchachos fueron latigazos que pusieron a tono al respetable, preparados para ver a C.O.F.F.I.N.

 

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Cuando lo más granado del público rockero de la ciudad acude a un concierto un jueves, es que se cuece algo importante. C.O.F.F.I.N venían avalados por sus actuaciones en festivales, en los que habían impresionado a veteranos y noveles. Y eso no es fácil hacer eso con gente que lleva viendo bandas toda la vida. Bueno, son australianos, eso sí, algo que siempre cuenta.

Vaya por delante que no defraudaron. Que ese rock acelerado, agresivo, peligroso, se desparramó por la sala, provocó un pogo de baja intensidad y larga duración en la mitad de la sala, bocas abiertas y sonrisas durante la hora en que le metieron zapatilla a tope.

Un tipo con voz de demonio, que aporrea la batería al tiempo que grita las letras como si el mundo se fuera a acabar en la siguiente canción o como si él mismo pudiera acabar con el mundo, acompañado de tres salvajes como solo los australianos pueden ser soltando una paliza sónica. No es posible el fallo. Si mezclas a Motorhead con MC5, si manejas el fondo de armario del rocanrol y lo mezclas para divertirte, aportando sinceridad a tus temas, tendrás a un público que responde disfrutando, en esa reunión al tiempo cordial y salvaje, primigenio, que es un concierto. Cerveza, sudor, fiesta.

 

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C.O.F.F.I.N tienen una colección de temas que estremece, desde Cutt you off hasta White dog, pasando por Fast Love, Give a Bite (tremenda) o City Sun. Temas para escuchar a todo volumen, sin sutilezas, con riffs pegadizos y sin un solo descanso. Le pegaron un repaso a su discografía, les dio tiempo a reivindicar los derechos humanos de los palestinos, haciendo un paralelismo con el exterminio de los aborígenes australianos, que conocen de primera mano y, sobre todo, y ante todo, hicieron divertirse al pueblo soberano, que salió con la sensación de que estos tíos pueden ser grandes. Todo lo grande que hoy es el rocanrol, claro. La sensación de que, dentro de unos años, podremos decir que estuvimos allí, en una sala que es leyenda, viendo a unos tipos que no han olvidado qué sentido tiene todo esto.

Si pasan cerca de ti, amigo, amiga, ve a verlos.

 

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