LARKIN POE + SON LITTLE

Texto: Alfonso C. Orive

14 noviembre 2025, Sala La Riviera, Madrid

Las estadounidenses Larkin Poe agotaron las entradas del concierto en Madrid (La Riviera), donde su compatriota Son Little ejerció de telonero. Este último dio un concierto bastante tranquilo donde se podía apreciar su buena voz, con un formato de trío. En la última canción pidió al público que coreara ¡Aleluya! y la gente respondió con entusiasmo en su potente despedida y, así, todos nos quedamos con un buen sabor de boca.

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Todo el público que faltaba por entrar a la sala no tardó en llenar el recinto porque enseguida iban a aparecer las Larkin Poe sin retrasos de horarios. Vinieron a presentar su último trabajo, «Bloom», que se publicó a primeros de año y ha sido nominado en los Grammy en la categoría de Best Americana Album. Con su anterior LP, «Blood Harmony» (2022), ya consiguieron un Grammy en la categoría Best Contemporary Blues Album.

En estos 10 últimos años, desde que yo las conozco, han venido unas pocas veces por España y se han ido ganando al público con cada actuación, cada vez mejor conjuntadas y dando muestras de que lo suyo no es flor de un día, su trayectoria es la misma que al principio, pero cada vez más profunda. Las hermanas Lowell, Rebecca y Megan, han cambiado un poco de aspecto, sobre todo en el color del pelo, pero no en su música donde transitan a través del bues y el rock de raíces. Su expresividad, su madurez y su sonido son increíbles. Ellas afirman que sus canciones tratan de conocerse a una misma, de saber quién eres y no de cómo te ven los demás. Sinceridad. No es tan extraño que abarrotaran la sala.

El concierto se podría dividir en tres partes, aunque en realidad no hubo ninguna pausa. Arrancaron con intensidad eléctrica y ahí dejaron bien claro que lo suyo no es ir de menos a más porque ya estaban a tope, lo suyo es que no decaiga un momento el concierto. ¡Qué buenas que son! Luego, dejaron las guitarras eléctricas, las cambiaron por acústicas y se juntaron ellas y el resto del grupo alrededor de un único micrófono. Cantaron cuatro temas bluegrass y consiguieron un silencio en la sala, necesario para oírlas bien, que nadie se atrevió a romper. Eso tampoco lo consigue casi nadie. Sin tardanza, volvieron a agarrar las eléctricas y volvieron a la furia de guitarras. Así hasta el final.

Si no las conocías apunta y no te las pierdas.