CRACKER

26 noviembre 2025, Sala La Riviera, Madrid

Texto: Héctor Checa

Hay placeres musicales huracanados, que hacen temblar desde los tobillos hasta la coronilla. Y también los hay que te mantienen con esa sonrisa un poco bobalicona que produce la perfección de la elegancia. Cracker es del segundo tipo.

Cada vez que Johnny Hickman decide que su Fender pase a primera fila sonora, sabes que estás en el sitio adecuado para disfrutar. Las líneas del Rickenbacker de Bryann Howard, tan carente de adornos escénico como sobrado de técnica, es una invitación a fijar la mirada y los oídos en él. Si añaden a la gira, ahora sí, un ciclón como la violinista y cantante Anne Harris, la cosa es para ir babeando. No me extraña que al fondo, “Tractor” Owens tenga esa cara de que todo va mejor que nunca. Ni que al frente David Lowery, con ese aspecto de profesor de Matemáticas, pise el escenario con la seguridad que da saber que lo que haces va a dejar tan felices a las personas que llenaron la sala un miércoles, aunque empieces con algo de retraso, al día siguiente haya que ir a trabajar y la inmensa mayoría no seamos de la generación del reggaetón, precisamente.

Empezar el concierto con Eurotrash girl podría sonar un poco a broma, por aquello del título, pero ya sirvió para que se fijaran las miradas, se gritara el estribillo y se movieran, suavemente, los pies y las caderas al ritmo de paladar fino.

Porque Cracker, además de ser unos instrumentistas precisos, manejan un fondo musical abrumador, que se refleja de manera sutil en su repertorio. Ahí andan los ecos del rocanrol, pero también del blues, del country, del rock alternativo y de casi todo lo que haya tenido sentido en el último siglo de música popular, antes de que lo ocupara todo el ruido para perrear.

Dr. Bernice, St. Cajetan o Teen Angst formaron parte de un inicio con poca broma (menos aún por parte de Howard, que vende cara su risa) y mucha música. Low, con ese estribillo coreable, da paso a Loser, que pone un poco de pausa al asunto y parece dividir el concierto en dos.

En la segunda parte, contra el dicho, se rotan los cantantes, canta Anne Harris, canta Lowery y canta (qué voz, madre) Howard.

Y, cincuenta minutos después de empezar, cae Another song about the rain, que es como el resumen de Cracker, lo tiene todo. Una batería aparentemente sencilla, unas guitarras en sintonía como hermanas, una parte en la que todos podemos cantar…

Cierran con Been around the world, por si se te había olvidado que aquí estábamos para disfrutar, quizá no para desmelenarnos y salir a quemar la ciudad, pero sí para sonreír porque esa noche estuvimos allí.

SET LIST: