LORDS OF ALTAMONT

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Salvaje demostracion de despedida de los americanos

El Gruta sigue siendo un lugar familiar, donde disfrutar de la musica, donde los iniciados en el rock and roll se juntan y celebran homenajes a la fiesta de la musica cada dos por tres. Por eso, no es extrano que media hora antes de que comenzara el concierto de LORDS OF ALTAMONT hubiera tiempo para compartir cervezas con sus miembros, comprar alguna camiseta directamente a Cavaliere o hacerse unas fotos con el risueno bateria Sicko Edison. Todo como prolegomeno a la gira de despedida de estos garajeros impenitentes cuyo primer disco fue alla por el 2002 un buen descubrimiento, lleno de energia y actitud. Otra cosa son sus conciertos, en los que uno no sabe si salir satisfecho por la brutal puesta en escena, o defraudado por lo irregular de sus shows. Ya tuvimos ocasion de verlos el año pasado en El Sol y salimos con esa impresion de que nunca llegarian a ser algo realmente grande, pues amagaban con muy buenas formas para ir cayendo en el delirio caotico e inconsistente. Eso si, entonces tuvieron la excusa de un sonido infame, con cortes de luz incluidos. Esta vez, en el Gruta, no habia excusa. debian mostrarse en todo su esplendor para decir adios a una aventura corta pero intensa. Y la verdad es que empezo bien la cosa, con un Cavaliere ejerciendo de lider indiscutible, meneando su organo Farfisa por todo el escenario, un bajista lleno de pasion y un bateria con ganas de saltar la habitual barrera entre el bombo y el publico. Porque ademas estaba el publico, entregado desde las primeras notas, coreando los temas y con ganas de cachondeo, pese a ser lunes. En este show pudimos disfrutar de temas del primer disco como la magnifica Cyclone, Buried for the Knees, la emocionante She Cried o la canera 4.95. Tambien de algunos del segundo otro discazo, todo sea dicho, como The 7th Day o Stripped Down. Todo se iba desmelenando hasta que, como nos pasara en el show anterior, a la media hora larga, despues de ver al vocalista ejercer con la armonica en Tough as Nails, hicieron una incomprensible parada. Eso es todo Se preguntaba el personal. Salid de una maldita vez, gritaban otros. Y asi lo hicieron, para atacar uno de los fin de fiesta mas bestiales que he visto ultimamente. Cavaliere bajo el organo al publico esta vez no le pego fuego y comenzo el delirio hasta que con Action, el tema mas salvaje y reconocible de la banda, el bateria no pudo aguantar mas y desmonto su instrumento para, primero instalarlo en medio del escenario y despues desparramarlo literalmente mientras atacaba un enloquecido solo. Quedo la tarima sumida en un completo caos, la sala absolutamente encantada y con ganas de mas, pero ahi quedo todo. Se fueron. 50 minutos y se fueron. A la barra del bar. Todavia no se si fue un concierto genial o una tomadura de pelo. Lo que si tengo claro es que con esos mimbres, no podrian haber llegado nunca mas alto de lo que lo han hecho. Estrella fugaz, con mucho brillo, pero que se consume en poco tiempo.

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