JOHN MAYALL

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El sabor de un buen trago

John Mayall es sinonimo de blues, ya que de hecho, durante su dilatada trayectoria ha conseguido un importante hueco en la historia de este genero musical, siendo el referente principal del mismo en las Islas Britanicas. Todo ello sin inventar nada nuevo, lo cual le anade merito. Su banda durante anos, los Bluesbreakers, sirvio de cantera para forjar a guitarristas tan reputados como Eric Clapton, Mick Taylor o Peter Green, entre otros. La banda como tal desaparecio en el 2008, y ahora se ha rodeado de otros musicos para seguir mostrando su trabajo y experiencia sobre los escenarios. El artista britanico visitaba Bilbao, y esta vez, el lugar era especial. El Teatro Campos Eliseos, situado en pleno centro de la ciudad, es sin duda una de las salas mas especiales de la villa. Rehabilitado muy recientemente, la Bombonera de Bertendona es un lugar lleno de historia pero adaptado a las necesidades actuales. Sigue conservando el encanto de un escenario por el que han pasado muchos artistas durante sus mas de cien años de existencia, y se ha situado ademas en el panorama musical actual como una de las mejores salas de conciertos de la zona. Se rozo el lleno, y en el patio de butacas se habian escondido las mismas para que el publico pudiese ver de pie el concierto. El senor Mayall tuvo una calurosa acogida, viendose desde el inicio que iba a tener el viento a favor. Fue buena senal, ya que a sus 76 anos, el ingles tampoco esta como para remar contra corriente. A medida que avanzaba el concierto, los miembros de la banda fueron adquiriendo mayor protagonismo, lo que enriquecio el sonido, y como no, el espectaculo. Asi, en Blues For The Lost Days, el guitarrista hizo gala de su finura, y pudimos ver al segundo teclista dando su toque y culminando la cancion con el riff de Black Dog de Led Zeppelin. John Mayall ejercia de director de orquesta, marcando un ritmo tranquilo y sosegado que los miembros de la banda seguian fielmente. Con su coleta hippie y canosa, era como si nos contase historias de su larga y experimentada vida mientras nos tomabamos unas pentatonicas con hielo. Como viejo zorro, utilizo golpes de efecto para ganarse al publico, haciendonos silbar una melodia o sacando una mini armonica que tenia colgada de su collar. Tuvo exito y la gente respondio mostrandose muy animada. En Dream About The Blues, un temazo de los que gustan, Mayall dejo el teclado, y la banda gano enteros con los subidones de intensidad que se agradecieron desde la grada. En la recta final, ya que estabamos en un teatro, pudimos verlo luchando y siendo arrinconado por su bajista, que al igual quel bateria, tuvo su momento de gloria en unos solos que arrancaron los aplausos del respetable. Para los bises, nos dejo Hideaway de Freddie King y se despidio chocando los punos con las primeras filas, mostrando la cercania de la que hizo gala durante todo el concierto, porque al fin y al cabo, fue algo calido y entretenido, como tomarse un trago con los amigos, un trago de blues anejo para disfrute de los amantes de la buena musica.

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