LEE SCRATCH PERRY AND THE BAND

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Triunfo por todo lo alto

No es facil escribir sobre Lee Perry Kendal, Jamaica, 1936 sin caer en los topicos previsibles. que si la ultima leyenda viva jamaicana, o el descubridor de Bob Marley, o bien el productor mas emblematico de la musica jamaicana, que si el autentico inventor de lo que ahora conocemos como reggae, etc. La lista de recursos socorridos podria seguir ad infinitum. Lo cierto es que cada visita del polifacetico habitante de la celebre Black Ark y creador de Upsetter Records, ya sea como promotor, cantante o DJ, levanta enorme expectacion y congrega a una verdadera parroquia de seguidores fieles. La noche del pasado viernes 29 no fue la excepcion. Mientras KH Sound System caldeaba el ambiente con standards y novedades del abanico Roots, Dub y Dancehall, la sala se iba llenando de fieles, hasta presentar un aspecto abarrotado hacia las 21h. Termina el set, silencio, movimiento en el escenario. Sale the Band mezcla de integrantes de la ultima etapa de Upsetters, y de interpretes jovenes seguidores del sonido Studio One, y al oir la primera linea poderosa de bajo explotan los aplausos. Introduccion de los musicos, exhortacion a la parroquia a aplaudir para que salga el Maestro, y euforia desatada cuando este finalmente sale. De negro, con el habitual repertorio de cadenas, anillos, Doc Martens personalizadas con banderas de Jamaica y Etiopia, y empujando un trolley rosa tuneado de igual manera, el carisma que desprende es simplemente irresistible. El concierto Una verdadera predica desde el pulpito ante una parroquia totalmente entregada. un recorrido por el repertorio Upsetters Soul Fire, exitos personales como Lee Perry en su epoca Black Ark Dreadlocks in Moonlight, Curly Locks, y hasta guinos-homenaje a otros referentes islenos como la version anfetaminica del Exodus de Bob Marley and the Wailers con la que obsequio al publico en el bis final. Entre tema y tema, palabras sobre Cristo, Lucifer, la ganja i el Rastafarismo, invitaciones a sacar el mechero para exhibir el fuego interior, y algunos brincos sobre el escenario, a pesar de sus 74 años. Dos horas solidas de musica autentica, con algun gesto para la galeria pero en general poca autocomplacencia, de uno de esos pocos maestros vivos que, en efecto, se han ganado sobradamente todos y cada uno de los topicos de grandeza que sobre ellos circulan.

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