DOVER

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Reverdeciendo los laureles

Acostumbrados a que los regresos de la década de los noventa sean anglosajones, no ha estado mal el año que se han metido DOVER por toda España con la gira “Dover Came To Me”. En ella han viajado década y media atrás en el tiempo para demostrar, tanto a treintañeros nostálgicos como a las nuevas generaciones que sólo les han conocido en sus épocas disco y World Music, que lo tuvieron durante tres o cuatro años. Miles de copias vendidas tanto de ‘Devil Came to Me’ como de ‘Late At Night’ y ‘I Was dead for 7 Weeks in the City of Angels’ lo atestiguan además de conciertos llenos de energía. En 2002 me desenganché del grupo. La última de las siete actuaciones en las que les vi fue en el famoso concierto Movistar que les unió a The Cranberries y Weezer (a la postre última actuación en nuestro país de los de Rivers Cuomo hasta la fecha). Ni ‘The Flame’ ni los dos bandazos estilísticos posteriores me gustaron, pero tenía ganas del reencuentro y tras no haber coincidido en todo el año pasado, el broche a la gira en La Riviera era la mejor ocasión para volver a vernos las caras.

 

La sala a reventar, como en los buenos tiempos, y la gente con ganas de darlo todo. Desde el primer minuto se notó que el grupo estaba cómodo y el público encantado. Así es difícil que las cosas salgan mal y menos cuando tienes material para ello. La noche fue nostálgica pero no ñoña. Estuvo claro que las hermanas Llanos, tanto Amparo como Cristina, estaban entusiasmadas, pero sus historias no difirieron mucho de las que contaban entonces entre tema y tema. Y claro, jugando en casa, el respetable decidió apoyar al grupo que dio un giro a la imagen que tenían las bandas “indies” de nuestro país hasta entonces y que lograron el éxito cantando en inglés un dato que no es ni mucho menos baladí.

 

En lo musical, imposible no tararear canciones tan emblemáticas como “Rain Of Times”, “Spectrum” o “La monja mellada” o darlo todo en los temas emblema de la banda como “Dj”, “Serenade” o “King George”. Ellos mismos optaron por el repertorio más rockero posible de entre sus discos, dando cancha a la sección rítmica de Jesús Antúnez (batería) y Samuel Titos (bajo), que clavó imagen y movimientos del bajista de la época, Álvaro Díez, por lo que se agradeció que el repertorio no se ciñera exclusivamente al disco del aniversario y que incluso recuperaran algún tema de ‘Sister’, como “Angelus” que dedicaron al recientemente fallecido Simone Bosé.

 

Para la gran traca final, tres canciones como tres soles: “Cherry Lee”, “Devil Came To Me” y “Loli Jackson” (con lanzamiento de confeti incluido) con las que concluir noventa minutos de rock and roll que es lo que siempre hicieron hacer. Veremos cuáles son los próximos caminos que toma el grupo, pero el público parece tener claro lo que quiere. Un servidor, también.

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