BEADY EYE

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Figura hasta la sepultura.

Noche de escisiones. Abrieron escenario Mucho (ex Sunday Drivers), que aprovecharon el medio lleno que presentaba en esos momentos La Riviera para en apenas treinta minutos dejar una muestra de su propuesta musical. Consiguieron que el público prestara más atención de lo habitual en estos casos y arrancaron sinceros aplausos de bastante parte de ellos. Pop rock fresco, con buenos guitarreos cantado en castellano. Lo único malo era el sonido de la caja de la batería, que cada vez que sonaba y era bastante a menudo, producía un movimiento en mi píloro cuando menos inquietante. Se dieron a conocer ante más personas y al menos un par de canciones de las pocas que tocaron resultaron interesantes. Habrá que estar al tanto de ellos.

Media hora preparando el escenario mientras éramos amenizados por The Who, Bowie, The Beatles e incluso Sex Pistols y esperábamos a que saliera puntualmente la otra escisión y esperada por todos, Beady Eye (ex Oasis). Liam Gallagher digamos que hace de protagonista de la banda a la que acompañan de secundarios Gem Archer y Andy Bell, autores también de muchas de las canciones del segundo disco de la banda BE, que vinieron a presentar. Parco en palabras apenas se dirigió al público en tres ocasiones. Eso sí, las gracias las dio.

Escenario bien iluminado, con bastante juego de luces, muchos colores y efectos posibles y utilizados. Seis pantallas que acompañaban los temas con efectos de luces acordes a la canción, videos o letras. El grupo, pues como siempre bastante estático. Quizás demasiado. Liam con el pelo muy corto y sin gafas de sol, vestido con un abrigo a lo Neo (Matrix) pero sin tanto vuelo. Se acompañó toda la noche de una camiseta de la selección española que utilizaba a modo de toalla y no es de extrañar, porque así de salida, se agradece la imagen, pero verle todo el concierto abrigado hasta el cuello da un pelín de agobio. Mantiene esa característica postura cuando canta, con el cuerpo algo inclinado y las manos cogidas por detrás de la espalda y se acerca al público en los momentos instrumentales mirando desafiante (al final regaló el set list a alguien de la primera fila).

En cuanto a lo musical, pues una propuesta con ciertos altibajos. El público variopinto, pero con predominancia de treintañeros, pocos con el look que llevaban allá por los noventa, muy volcados desde el principio y conocedores en gran parte de las nuevas canciones. Flick of the finger, Soul love, The roller las más coreadas, Four letter Word, Iz rite algo menos y Star anew, Bring the light o Wingwam bajaron un poco los ánimos.

Evidentemente los momentos cumbre fueron los dos temas que tocaron de su etapa con Oasis, Wonderwall y sobre todo Cigarettes and Alcohol (siempre que la oigo no puedo dejar de tararear el Get it on de T Rex) y es que va a ser muy difícil desprenderse de esa sombra. Tras poco más de una hora de concierto, rápido descanso y vuelta para realizar el obligado bis que hacen en esta gira y que es una versión de Gimme Shelter de The Rolling Stones para cerrar concierto y despedirse mientras sonaba My Way de Sex Pistols, así que salimos todos rápidamente no fuera a aparecer el espíritu de Sid Vicious pegando tiros al respetable.

Gran banda, evidentemente con las tablas que tienen, bien acoplados, controlando los desajustes iniciales y típicos de sonido y perfectos en la ejecución. Enorme predisposición del público pero sin llegar a conectar del todo salvo en momentos puntuales. Mantienen la figura pero no el genio.

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