SON ESTRELLA GALICIA: JACCO GARDNER + DEAD PARTIES

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Aquellos maravillosos sesenta

La sala El Sol continua su particular temporada de celebraciones por su treinta y cinco aniversario y el pasado jueves, en colaboración con Estrella Galicia y su exitoso ciclo SON, se presentó Jacco Gardner, el joven holandés que el pasado año sacara al mercado Cabinet of Curiosities para reivindicar la psicodelia pop de tintes sesenteros. Una propuesta íntima y juguetona, sin sabor a ácido pero con unas melodías que saben ser luminosas incluso en los momentos más introspectivos.

Con retraso y como aperitivo actuó Dead Parties, banda asentada en Barcelona, liderada por el australiano Etienne Mamo y formada por un variopinto elenco de estilos y culturas que confluyen en un pop-rock de sonidos de fin de siglo cuya primera muestra es el EP Tribe, que andan presentando estos días. Treinta minutos que dejan con ganas de más, mejor y con un papel protagonista en el escenario para poder disfrutar como se merece a este grupo que apunta maneras.

Dead Parties (21)

Con sombrero negro, bufanda a rayas y cara de niño travieso, Gardner todavía podría interpretar el papel de estudiante de instituto algo estrafalario y no del todo integrado que de repente se destapa como gran compositor e intérprete en la fiesta de fin de curso y se liga a la chica. Quizás por su juventud, y seguramente también por haber nacido y vivir en un país civilizado, se dio la extraña paradoja de ser uno de los pocos cantantes que triunfa a pesar de llevarse un sonoro abucheo. Al muchacho, probablemente ignorante de que en este país los cuerpos de seguridad continúan torturando con impunidad, agrediendo a niños o asaltando estaciones a tiro limpio, se le ocurrió dar las gracias al cuerpo de policía: un agente los guió durante la tarde a la sala de conciertos. Pitada del público, sonrisa nerviosa de incomprensión por parte de Jacco Gardner y vuelta a la faena. En los minutos finales, quizás para arreglar el entuerto, se escuchó al batería gritar Fuck the police!, pero ya era demasiado tarde.

Anécdotas aparte, el señor Gardner ofreció un gran espectáculo. Parapetado tras su teclado, aunque con esporádicos cambios a la guitarra, fue interpretando una a una las pequeñas joyas de su disco de debut, alternando los temas más extrovertidos con las composiciones más intimistas y creando esa atmósfera con algo de ingenua y algo de onírica que contiene su particular lectura de los felices años sesenta. Al tracklist ya conocido de su primer álbum se unió también The end of August, composición que no rompe con el camino emprendido por el holandés desde que se diera a conocer en 2013.

Jacco Gardner (87)

Clear the air, The Riddle, Puppet dangling o Chamaleon fueron algunos de los momentos más celebrados por un público que volvió a llenar la sala El Sol una (helada) noche más que se alargó casi hasta la una de la madrugada.

Como traca final de show, Gardner y su banda optan por soltarse la melena y organizar una pequeña jam con largos desarrollos en los que sus juguetonas melodías se transforman en incisivos punteos, las guitarras se endurecen y aceleran y la batería arrecia con más presencia de la que es habitual en las canciones del holandés. El público, entregado al espectáculo sonoro, demuestra que este inesperado gabinete de curiosidades errante está tocando las teclas precisas para seguir sorprendiendo allá por donde van.

 

 

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