DR. JOHN

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¡Hazme vudú Dr. Juan!

 

NOLA, vudú, Treme, funk, hoodoo, Jambalaya, rythm & blues, Mardi Grass, el Barrio Francés, Gumbo, Indian red, Bourbon Street, Tipitina, Sugar Bowl, Profesor LongHair, Frenchmen street, Louis Armstrong……..Todos esos ingredientes combinó Dr. John en la misma coctelera para mostrarnos un trozito de Nueva Orleans y de su tradición musical y cultural en la sala Shoko madrileña. Mr. Malcolm John Mac Rebennack Jr. nos demostró como a los 74 años, y con problemas de movilidad, se puede llevar al espectador por el camino deseado: primero arriba, luego abajo, después  te atrapo y a ver como paras de bailar. En resumidas cuentas, nos hizo vudú y nos enredó como una serpiente durante casi dos horas sin darnos cuenta.

“Mac” expuso la vigencia de su estilo musical y estético (su indumentaria y abalorios siguen siendo de otra dimensión) tan personal y peculiar, tan genuino y reconocible. Un poquito de blues, otro de funk, las gotas necesarias de psicodelia, soul y hechizo, rematado con mucho swing, su voz reconocible y el aroma a  Luisiana.  Acompañado de una banda de lujo,  Los Nite Trippers,   que no se hacían notar cuando marcaban el ritmo las teclas de Mac, y destacando cuando había que figurar pero sin estridencias ni excesos forzados. Dirigidos por la trombonista Sara Borrow (que realizó un solo de trombón con wha wha), el guitarrista  bluesero Dave Yoke,   el bajista de elegancia funky Dwight Bailey,  el batería jazzístico Reggie Jackson,  y el  órgano soulero de Ben Alleman, los Nite Trippers fueron los perfectos cómplices del viaje que nos propuso Mac.  Hoodoo.

Con “Iko, Iko” y “Renegade” empezó el recorrido  por los pantanos y bayous del Mississippi con parada en el Manzanares. La revitalización de Dr. John  los últimos años se debe al disco “Locked down” producido por Dan Auerbach (The Black Keys), el nuevo rey Midas del rock, que ha sabido conjugar ciertos parámetros contemporáneos  con la atemporalidad de la música de Mac. La mezcla encaja, y en directo el producto queda perfectamente engrasado (eso sí, a menor velocidad), como se pudo apreciar en las interpretaciones de “Locked Down”, “Revolution” o “Big Shot”. Del recuerdo a su primera obra (el magnético  “Gris-Gris”) pasamos a tocar la gloria cuando la banda empezó a abordar el cancionero más festivo y tradicional, haciendo temblar el suelo de la Shoko:  “Right Place, wrong Time”, “Sweet Home New Orleans”, “Goodnight Irene”, “Big chief”, “Mess around”,  acabando con la portentosa y coreable “Such a night”. Efectivamente, vaya noche.

Sólo había que ver las caras de felicidad del respetable al salir de la sala para recordar lo que acabábamos de vivir. Momentos mágicos de la música. Y en palabras de Siniestro Total, “Doctor Juan, Doctor Juan, cúrame de todo mal y del mordisco del caimán”.  

Santino.

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