GAMMA RAY – The best of Gamma Ray

Aquellos que aún no se hayan parado a seguir la carrera de Kai Hansen reciben ahora la oportunidad definitiva para hacerlo, en la forma de un grandes éxitos de Gamma Ray, su proyecto más personal, y más largo también.

No nos engañemos: aunque generalmente se atribuya el germen del power metal a Helloween, sin la presencia de Hansen en la banda, los Helloween nunca han conseguido sonar como sonaban con él. Cuando abandonó la formación se llevó, si no el talento, sí la concepción de una forma de hacer heavy metal que los Weikath, Grosskopf y compañía nunca han conseguido reproducir sin él.

Auténtico legado de esas dos maravillas de Helloween que fueron los dos volúmenes de The keeper of the seven keys (1987 y 1988), la discografía de Gamma Ray está plagada de grandes piezas, de las que este disco que nos ocupa es una excelente y extensa muestra. No hace falta decir que en términos técnicos, la banda es francamente buena: el batería Daniel Zimmermann y el bajista Dirk Schlächter, presentes en la inmensa mayoría de los temas, conforman una de las mejores secciones rítmicas del metal reciente, y el guitarrista Henjo Richter me da la impresión de que con el tiempo será considerado un auténtico guitar hero sin paliativos. De Kai Hansen (guitarra y voz) no se puede decir más que describirlo como una de las más grandes estrellas que ha parido el heavy metal de los últimos veinticinco años.

Si con todo esto aún no has descubierto a Gamma Ray, no esperes más y disfruta de grandes clásicos como Heaven can wait, Land of the free, Rebellion in Dreamland, Heading for tomorrow, Send me a sign o Valley of the kings, verdaderas maravillas, así como algún que otro patinazo, como el infumable To the metal. No se puede ser más garrulo.

En definitiva, un álbum necesario. Imprescindible. Grande.