THE BELLRAYS

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Todos a bordo del tren de Lisa y Bob

El expreso de The BellRays ha vuelto a atravesar la península, levantando chispas, polvareda y estruendo a su paso, como ya nos tienen acostumbrados. La imparable locomotora que comanda Lisa Kekaula y pilota su marido, Bob Vennum, llevaba tiempo sin hacer parada por estas tierras (si bien había estado circulando con otros vagones y una carga algo diferente, la de Lisa & The Lips, durante este lapso). Pero aquí estaban de nuevo, dispuestos a arrastrarnos en su viaje sobre las vías del funk, el blues, el soul y, por supuesto, el rock más salvaje y sudoroso.

_BELLRAYS_0370Con la habitual formación de cuarteto, reengancharon de su periplo al frente de The Lips a Pablo Rodas en el bajo y a Maxi Resnicosky tras la batería, suficiente maquinaria para poner a rodar el convoy. Y una vez puestos en marcha, ya no hay quien los pare. Desde ese «Black Lightning» que abría y titulaba su último álbum, y que fue con el que comenzaron a imprimir un ritmo brutal desde el arranque. Mantuvieron funcionando la caldera sin escatimar en combustible («Power to Burn», «Everybody Get Up», «Pinball City», «Infection»…), dando solo pequeños respiros para admirar el bello paisaje que forma la voz de Lisa sobre la guitarra de Bob, con una impecable base rítmica como marco y fondo, en pasajes como «Anymore«.

Para animar un poco más la cosa, y ya que el nuevo álbum aún tardará un tiempo en materializarse, traían bajo el brazo un puñado de versiones recogidas en un recién editado EP, «Covers«, todas muy familiares para ellos y algunas incluso grabadas ya hace años, pero recuperadas ahora porque sí, por que les apetecía hacerlo. Y es que les queda de miedo tanto apropiarse del «Never Say Die» de Black Sabbath como hacer suya con elegancia soul-funkera la monumental «Whole Lotta Love» – por no hablar de esa «Highway to Hell» que ha cerrado muchas veces sus conciertos.

_BELLRAYS_0431Y si pensábamos que el viaje llegaba ya pronto a su final, para el último acelerón de los bises empezaron a enganchar más vagones a la bestia sonora que nos había llevado hasta allí, y acabaron juntando a los ocho músicos de Lisa & The Lips sobre el escenario, añadiendo teclados, vientos y una segunda guitarra al arrollador combo que ya nos había sacudido, para estirar el trayecto un poco más aún y hacernos disfrutar por un buen rato de un final memorable.

Cuando al acabar miras el reloj y ves que todo esto ha sucedido en apenas hora y cuarto, la sensación de vértigo ante la intensidad y la furia de lo que acabas de vivir es aún mayor. Y el impulso de volver a montarse en el tren de The Bellrays para dejarse llevar de nuevo, también.

Podéis ver las fotografías del concierto en el video de nuestro canal Youtube:

1 pensamiento sobre “THE BELLRAYS

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