RAINBOW – Memories in Rock live in germany

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El esperado retorno al rock de Blackmore

Seguramente Donald Trump ha recibido menos quejas por su política que Ritchie Blackmore por su negativa a mantener viva la criatura Rainbow. Harto él y hartos nosotros, imagino que por fin debe haber obtenido el beneplácito de su señora Candice Night (por cierto, presente en los coros del presente proyecto) para revivir al dinosaurio para un par de tímidas minigiras (Alemania y algunas ciudades de Gran Bretaña), con una banda ad hoc, construida con más o menos gusto.

Para el público de aquí, la perla de la formación es el insigne Ronnie Romero, voz de Lords of Black, que compartió escenario con músicos de la talla de David Keith (batería de Blackmore’s Night), Bob Nouveau Curiano (bajista de Blackmore’s Night hasta 2006) y Jens Johansson (veterano teclista, ex Yngwie J. Malmsteen’s Rising Force y ex Stratovarius).

La banda, correctita, bastante lejos de la catarata de talento que derramaban los Daisley, Powell, Rondinelli, Stone o Carey en los setenta o los ochenta, y el principal atractivo de esto no dejaba de ser lo que Romero iba ser capaz de hacer con tanto himno en su garganta.

A ratos mejor, y a ratos no tan mejor, la voz de Ronnie Romero siempre está a la altura de las circunstancias, queriéndose parecer a Dio más que a cualquier otro, y por eso son las piezas de la malograda figura las que le quedan mejor. A destacar Catch the rainbow y sobre todo, Mistreated, donde se desata más que con cualquier otro tema: es con diferencia la pieza que mejor consigue erizarte el pelo de la nuca. Con diferencia.

La sorpresa desagradable es el (en mi modesta opinión) exceso de temas de Deep Purple en el repertorio, que a Ronnie Romero no le pegan mucho y que con lo que tiene Rainbow en la recámara no hacían ninguna falta. Por lo demás, el material vocal del Rainbow más moderno está casi obviado, obviamente, con Spotlight kid y Since you been gone como únicas representaciones. Se echa de menos más Rainbow, y, por qué no, algo del Stranger in us all de 1995, que estaba muy bien. Se alarga innecesariamente Difficult to cure con unos solos de batería y de bajo bastante precindibles, aunque el solo de Johansson al estilo de Tony Carey está muy bien.

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