GORAN BREGOVIĆ

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Bosnia, capital Madrid

FECHA DEL EVENTO: 28-2-2019
LUGAR: LA RIVIERA
CIUDAD: MADRID
PROVINCIA: MADRID
PUNTUACIÓN: 9

REDACTOR: VÍCTOR MARTÍN IGLESIAS

Parecía que no, pero al final sí: lleno absoluto en la madrileña sala La Riviera para ver una de las tres actuaciones con las que el compositor bosnio nos ha alegrado el mes de febrero a los españoles. La noche anterior la pasó en Barcelona y al día siguiente viajó hasta Bilbao sin más motivo (su última publicación, Three letters from Sarajevo, es de 2017) que el de ofrecer casi dos horas de pura energía balcánica.


 

Si el público entró perezoso en la sala capitalina, todo lo contrario le sucedió a un Goran Bregović que venía a lo que venía y no se anduvo por las ramas: una descarga de fusión cíngaro-yugoslava con escasa preocupación por la disposición escénica (nueve músicos alineados sobre el escenario) y ninguna por la luminotecnia (constante luz blanca para no perderse ni el más mínimo detalle y, quizás, ahorrarse gastos en técnicos: bastante grande resulta ya la comitiva).



Pocos adornos necesita quien tiene argumentos más que de sobra guardados en su guitarra y en una carrera de cuarenta y cinco años largos desde que publicara su primer disco allá por 1974 con los desaparecidos Bijelo Dugme, el grupo de rock más importante de la antigua Yugoslavia. Desde entonces, innumerables discos y bandas sonoras de los que tuvimos una cumplida representación en la

 

Además de las más míticas, como Gas Gas, Kalašnjikov, So Nebo Si o Duj Duj, el de Sarajevo le hizo un hueco en su setlist, como no podía ser de otra manera, a la cantante extremeña Bebe, con la que colabora en Tres cartas desde Sarajevo interpretando dos temas: Pero y Vino Tinto. No se dejó ver por el escenario pero, tras pedir disculpas por su español, las canciones estuvieron presentes.


 

Mención especial merece la banda, en la que, a una impresionante sección de viento: dos bombardinos, dos trompetas y un genial saxofonista, se suma el imprescindible papel de las hermanas Daniela y Rudmila Radkova, vestidas, como siempre, para la ocasión y de Muharem Redzepi, sostén rítmico y vocal de la agrupación de Goran Bregović.

 

Para terminar, según costumbre, Bella ciao, himno partisano por excelencia que en nuestras tierras está más vivo que nunca gracias (o no) a La casa de papel, pero que cada vez estamos más cerca de tener que recuperar en todo su verdadero y original espíritu: el de la resistencia antifascista que, además, es la razón por la que el enorme Goran la incorporó a su repertorio.

 

Que vuelva.

 

El intérprete y el espíritu.

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