SUPERSUCKERS + THE LIZARDS

Qué decir de Supersuckers que no se haya dicho ya, y que no sepa cualquiera que les conozca un poco. La autoproclamada greatest rock and roll band in the world sigue girando por escenarios grandes y pequeños de medio planeta porque es lo que saben hacer, lo que les gusta, y lo que la gente necesita. Ahora quizá más que nunca. Porque las cosas necesarias siempre son necesarias aquí y ahora. Mañana quién sabe dónde estaremos, pero hoy tenemos que disfrutar, y celebrar que estamos vivos.

Y los Supersuckers saben mucho de ambas cosas: de disfrutar, y hacer disfrutar, y de celebrar que la vida es un regalo que no sabemos hasta cuándo dura. Por eso cada noche que se suben al escenario es para celebrar y disfrutar con la gente que viene a verles buscando eso: un rato de diversión y alegría al ritmo salvaje del mejor rock and roll. Porque, sean o no la mejor banda del mundo, ellos se lo creen y hacen que nos lo creamos: en ese momento no hay mejor lugar donde estar en todo el planeta que en ese concierto, y en ese rato esos tíos son lo más grande que hay, porque nos están haciendo felices por una noche.

Y da igual que sea un frío domingo de primavera en Carabanchel, porque una vez dentro de la sala y con la banda en acción parecía que aquello, en vez de Gruta’77, era el puto CBGB en sus mejores tiempos, con el público enloquecido y desatado desde la primera hasta la última canción. Actitud sobre el escenario y desenfreno en la pista, toda una fiesta de sudor y decibelios celebrando que el rock and roll, una vez más, es lo que siempre nos salva.

Seguro que, en alguna parte, Lemmy estaba sonriendo y brindando por Eddie Spaghetti y sus chicos, y por toda esa gente que tiene el rock en sus venas. Gente también como The Lizards, por supuesto, fantástico aperitivo previo a la descarga de los de Arizona, que no quisieron decepcionar a sus anfitriones y dieron un enérgico concierto a la altura de lo que se nos vendría después, lo cual ya es bastante decir. No les pierdan de vista tampoco, que merecen la pena, y mucho. Con bandas así, el relevo en el rock está asegurado.