BLACKBERRY SMOKE

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Los hombres tranquilos

La Riviera (Madrid) 03/03/2003

Redacción y Fotografías: Chema Pérez

Otro concierto retrasado por culpa de la pandemia que llega con un año de retraso y expectación máxima, ya que el cartel de todo vendido llevaba tiempo colgado. Aún quedan amantes del Southern Rock, y más si los que visitan son el que muchos consideran el mejor grupo en activo dentro de este género.

Salieron con una puesta en escena que consistía en un decorado recordando Alabama, Tennessee, una pickup americana y el letrero de neón de Fireworks, por si alguien no tenía aún claro la procedencia del grupo. Formación de siete músicos con tres guitarristas rodeados de mucho humo en los primeros temas, humo blanco, no color mora, haciendo honor al nombre del grupo, que impedía ver la segunda línea con el batería (Brit Turner), el teclista (Brandon Still ) y un percusionista.

En la primera línea los habituales Charlie Starr (voz y guitarra), Richard Turner al bajo y Paul Jackson voz y guitarra, acompañados del tercer guitarrista (Benji Shanks) que se encargó sobre todo de las guitarras al slide y la mandolina.

El concierto fue planteado como un recorrido por su discografía, incidiendo algo más en el que quizás sea su mejor trabajo, Whippoorwill y dejando totalmente de lado su último disco Stoned. Sonido rotundo, muy potente, que casi consiguió callar a los tertulianos y seres pululantes de turno que siguen creciendo como setas. Sobriedad en la actitud y la puesta en escena, ya que a pesar de contar con un buen juego de luces, sobre todo Paul y Richard permanecieron demasiado tiempo alejado de las luces, demasiado esquinados y en zonas de penumbra, que junto con la segunda línea, escondida tras los instrumentos y el humo, dificulta bastante el poder verlos ejecutar los temas con claridad. Y Benji, en un discreto segundo plano, pegado a Paul, a pesar de tener un papel muy importante en el grupo.

Solamente Charlie Starr se muestra algo más animoso y se mueve algo más, aparte de hacer colaborar al público en bastantes ocasiones. Y es que la elección de Madrid como punto de partida de su gira europea y estadounidense me imagino que atiende a razones geográficas y de logística. Es lógico empezar por abajo y el Oeste para luego ir subiendo y recorriendo países por Europa. Pero lo que pudo ser forzado les ha salido redondo porque la respuesta del público fue genial. Dudo que en Europa encuentren otro concierto con unos seguidores tan entregados, agradecidos, colaboradores y cantarines.

O había mucho público de los USA presentes o realmente los cursos de Muzzy y Francis Matthews han calado hondo en los ya talludos seguidores del grupo. Bastantes canciones coreadas no solo en su estribillo sino en su entrada. Good One Comin’ On sorprendió a Paul Jackson que con una gran sonrisa respondía cada vez que notaba que el público se sabía sus canciones de memoria. Situación que sucedió también con You Hear Georgia, Hey Delilah (gran entrada del tema a los bongos) y que luego remataron con un gran juego de slides y un gran trabajo en las luces.

La intro de Sleeping Dogs con las tres guitarras plagadas de efectos hizo las delicias del público y consiguieron alargar el tema haciendo una versión en directo que supera con creces a la grabada. Tras ese tema Charlie no tuvo más remedio que dar las gracias incluso en castellano.

Esta claro que Blackberry es un grupo de directo, los temas duran más, hay más guitarreo y las intros y los solos dan mucho más juego, cuando se toca bien, es mejor ver a los grupos en directo. Terminaron la parte media del concierto con Whippoorwill, para mí su mejor tema lento y con Restless. Sin duda fue lo mejor del concierto, donde hilaron cuatro temas de lo mejorcito que tienen y que además presentaron en directo de una manera algo distinta y donde se notó claramente que el grupo estaba en su máxima plenitud.

Luego, con la acústica como protagonista, la entrada de Ain’t got the blues, de nuevo muy coreada y el que considero el himno de Blackberry, One Horse Town. Siempre que escucho este tema me da por arrancar con eso de Él camina despacito que las prisas no son buenas, y es que la intro es igual que el archiconocido tema de Fito. Seguro que los americanos ni han escuchado el tema, pero bueno, enseguida deriva por otros derroteros que me gustan más.

El problema de conseguir el punto álgido es que luego toca bajar, y es lo que sucedió a continuación, que nos acostumbramos a lo mejor y luego lo bueno no nos lo parece tanto.

Cuatro temas más, incluidos dos bises, donde Charlie se puso el sombrero de pluma y terminaron su hora y media exacta de concierto.

Un gusto ver tocar a unos músicos que se ve que van sobrados, que hacen pequeño el apelativo de mano lenta, con ellos parece que tocar es fácil, apenas sin esfuerzo, seguro que mientras lo hacen están pensado en cualquier otra cosa. Unos tipos tranquilos, y es que al final Fito va a tener razón y las prisas no son buenas. Long live Southern Rock.

Un saludo a los dos melocotones (seguidores del buen rock) a los que ayer prometí dedicar la crónica.

Lista de canciones: Six Ways to Sunday / Live it Down / Good One Comin’ On / Like I Am / Waiting for the Thunder / Pretty little lie / You Hear Georgia / Let it burn / Hey Delilah / Sleeping Dogs / Whippoorwill / Restless / Wheels fall Off / Too High / Ain’t Got the Blues /One Horse town/ Run away / Old Scarecrow / (Bises) What comes Naturally  Ain’t much left of me.

 

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