ENTREVISTA A MAMA LADILLA

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De risa en risa

La primera pregunta me parece casi obligatoria. ¿Para cuándo un nuevo disco de Mamá Ladilla?

Sólo sabemos que tardará todavía, pero estamos en ello y llegará antes o después. Lo que no queremos es hacer un truño.

Al no tener disco nuevo pero no parar de dar conciertos, ¿repetís repertorio o hay muchas variaciones entre bolo y bolo?

Ahora mismo repetimos como cosacos. El poco tiempo extra va para el disco nuevo.

¿Por qué elegiste a Javier Rojas, como nuevo bajista?

Porque es un crack y un buen compañero. En un principio lo que más tilín nos hizo es que fue el bajista de los míticos Elementos, grupo que nos encanta.

¿Cómo ha acogido el público a Javier? Porque Llors era una pieza casi fundamental del grupo, muy querido y difícil de olvidar.

Lo han acogido muy bien, y es que aparte de ser un crack tocando es una persona con mucha luz, mucha guasa y que convierte cualquier situación en un fiestón. Eso en el escenario se agradece mucho.

Parece que Mamá Ladilla está teniendo una evolución en sus conciertos hacia salas más grandes, ¿verdad?

Ahí vamos poco a poco

A pesar de ello, Mamá Ladilla siempre ha sido un grupo más minoritario. ¿De dónde se sacan fuerzas para seguir luchando en un mercado tan competitivo como el Rock?

Hombre, no creo que “luchemos” más allá de mantener el pulso, cosa que cuesta pero no vemos en absoluto como una lucha en el sentido de competición. Por otra parte es nuestro modus vivendi, y además somos un mundo aparte, con lo cual podemos aspirar a una carrera larga aunque no necesariamente muy exitosa. Mientras dé de comer…

Tenéis un público muy fiel, al menos en Madrid. ¿Qué crees que ve este público en Mamá Ladilla? ¿Será que habláis sin tapujos de temas escatológicos y tabús, sin pelos en la lengua?

No lo sé, supongo que ven un grupo razonablemente bueno, que toca lo que sabe y se abstiene de hacer el pavo real, y que produce cierta carcajada y subidón con las letras y músicas.

¿De dónde sacas la inspiración para componer esos riffs de guitarra, que si me permites la expresión, están entre lo absurdo y lo genial?

Gracias por lo de absurdo, digo por lo de genial. No sé. En principio hay desde siempre una influencia muy poderosa de Hetfield y de ‘Olga’ (The Toy Dolls), quizá simplemente porque hacen lo que no me sale a mí. En los últimos años estoy teniendo un subidón de Pantera que no sé si se va a notar o no en nuestra música (aunque embrutecer, no vamos a embrutecerla a estas alturas).

¿Por qué tienes esa fijación en tus canciones y en los discos, por los wáteres y su contenido en general?

No lo sé. Pero va remitiendo poco a poco, no es algo de lo que apetezca hacer bandera toda la vida.

Juan Abarca se toma la vida con el mismo sentido del humor que hay en sus canciones?

Ojalá. Unas veces no, otras tampoco.

¿Qué tipo de música tiene Juan Abarca en su Cedeteca, o qué estilos musicales escuchas tú?

Casi de todo, con predominio de rock en general. Pop, clásica, jazz, flamenco, disco, cantautores, lo que sea con tal de que me llame la atención y me parezca bueno.

A un grupo como Mamá Ladilla, ¿le afecta igualmente la piratería, que tanto preocupa ahora a muchos grupos?

Me niego a hablar de piratería si con esa peyorativa palabra nos referimos a cualquier cosa que no sea exclusivamente la fabricación y venta en serie de copias piratas -no legales- de un producto, hechas de tapadillo y con ánimo de lucro por alguien que no ostenta los derechos de copia y venta (el top manta, como único caso real hoy en día si hablamos de música). Así que, como allí no estamos, no nos afecta.

A Mamá Ladilla veo que no le importa compartir escenarios con grupos de todos los géneros y estilos. ¿En qué estilo suelen encasillaros más?

Mucha gente creo que pasa directamente de nosotros sólo porque les inquieta no poder clasificarnos con claridad (cosa que en cambio suele gustar a los que sí les mola el grupo). Supongo que, cuando no quedan más cojones que decir algo, unos y otros nos meten en el saco del famoso “rock estatal” a falta de algo mejor. Cosa que no me gusta porque, sin que esto signifique que me arrogue un especial derecho sobre la palabra “España” ni tenga mayor afecto por el concepto abstracto que implica, huirla de esa forma tan vil, como si fuera la peste, me parece bastante melindroso. España, España, España, español. ¿Veis? No pasa nada. Es como decir “Mozambique”. No me ha crecido el bigote ni me ha salido un tricornio en la cabeza. Es una palabra nada más, se puede decir también, como las otras.

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