THIS WILL DESTROY YOU – JARDÍN DE LA CROIX

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Dos ejemplos de grupos que emocionan sin necesidad de cantantes

Los conciertos instrumentales tienen ventajas e inconvenientes. Entre las primeras, siempre se puede destacar que te ahorras a un cantante griton desafinado, que parece la moda que nos invade y entre las segundas, los musicos tienen que ser buenos instrumentistas y repartir el repertorio correctamente para no provocar el aburrimiento. En La Boite, llena hasta la bandera, tuvimos la oportunidad de ver a dos grupos que destacan en sus estilos y que alcanzaron un nivel notable. Los locales JARDiN DE LA CROIX son unos jovenes con una tecnica excepcional y que han dado que hablar con su primera grabacion, Pomeroy. El cuarteto posiblemente tendria reconocimiento mundial de haber nacido en Baltimore, Praga o New York. Es cierto que transitan en la delgada linea que separa el math rock del rock progresivo clasico del que no soy especialmente fan, pero resulta un espectaculo verles de cerca como dominan cada uno de los instrumentos. Esperemos que cojan algo mas de tablas algo que se suele conseguir tocando fuera de casa, donde tambien estas arropado por amigos ya que el par de temas nuevos que presentaron, pintan igual de bien que los ya publicados. Los de Texas THIS WILL DESTROY YOU tardaron algo mas de lo habitual en comenzar, ya que el cambio de escenario fue complejo, y durante la actuacion tuvieron algun problema con los cables un par de desenchufadas y de sonido aunque delante se oia bien, gracias a los monitores de los musicos, parece que la ecualizacion no fue todo lo buena, algo que se nota mucho en este tipo de conciertos. Un grupo que apenas tiene un disco y un EP, no tiene mucho donde elegir, por lo que repartieron casi a partes iguales los temas de ambas referencias, empezando con A Three Legged Workhorse de su homonimo debut y cerraron como unico bis con Quiet del EP Young Mountain. Entre medias otras cinco canciones entre las que destaco Grandfather Clock, en donde el bajista cambio las cuatro cuerdas por el teclado y sobre todo, The Moved On Tracks Of Never Ending-Light, quizas la que mejor sono gracias a la quietud inicial de la composicion, que desemboco en una catarsis electronica. Me gusto, por encima de todos, el bateria, que imprimio una fuerte pegada durante los sesenta minutos de actuacion, que concluyo media hora pasada la medianoche.

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