Si tuviera que describir el disco de los Berri en pocas palabras seria: “directo, crudo y a la yugular”. Y es que ya desde el mismo nombre del disco, parece que se han pasado un tiempo haciendo lo que Rambo, afilando el cuchillo, para hacer un disco, qué digo un disco, ¡¡un discazo!!. Y es que desde el nombre del disco, ya es punzante: Payola. “en mis palabras sería: la discográfica de Shakira (por poner un ejemplo), paga una burrada de pasta a las emisoras, y por eso la tenemos todo el día en la radio”. Algo así como, “tanto pagas, tanto suenas”.

Y empecemos con la critica del disco. Lo primero que impone que no veas: el sonido. Grabado con Steve Albini (Nirvana, por poner uno…), es lo que tiene. Parece que están en tu salón tocando delante de ti. Un sonido crudo, no muy pulido y pasando de los perfeccionismos del protools, ya que está grabado analógicamente. Un punto a favor, en los tiempos que corren. Y sin perder ese sonido característico de Berri Txarrak: las voces cuidadas, letras directas, criticando y autocriticando.

Primer disco con Roadrunner, primer disco con David (recordemos que Rubio dejo la banda) y máxima expectación de cómo funcionaría como bajista “el nuevo”. Para mí suena que no veas; de hecho, el bajo tiene una presencia más que notoria en el disco, ya que el sonido es un poco Stonner.

El disco empieza con Folklore (una crítica a los que piensan que el Euskera es algo minoritario, reducido al folklore vasco, por decirlo de alguna manera). Gure Dekadentziaren Onenean («En la mejor de nuestras decadencias»), es una critica a los tiempos políticos de hoy, un tironcito de orejas, vamos, para que se pongan las pilas, canción de ritmo rápido, por cierto.

Maravillas, single del disco, canción dedicada a Maravillas Lamberto, una chica de 14 años víctima de la guerra civil, violada y posteriormente asesinada cuando dijo de acompañar a su padre cuando fue apresado para ser “interrogado” por la Falange. De corte melódico.

Achtung! Canción bastante “punkarra” por decirlo de alguna manera, que arremete contra todo, todos e incluso contra ellos mismos. Sobre todo contra algunos medios y la manipulación de los significados de las palabras.

Payola, crítica sobre lo que dice el titulo, canción muy dinámica también. Arren Darwish, canción dedicada a un poeta muy valorado que hablaba sobre palestina. También bastante melódica.

“Jainko ateoa”, el final perfecto para el disco, canción pausada, con una presencia bestial de bajo, y que te transmite una sensación de soledad pero bienestar que no veas. Trata sobre la sensación de estar sobre un escenario y las emociones que produce.

Este disco la verdad es que es de analizarlo con lupa, porque podríamos hacer una reseña de páginas y más páginas. Así que… Disco crudo y directo. Aunque no conozcas el grupo, y si no te importan las barreras lingüísticas, de merecida escucha. Con cierto toque stonner muy agradable, letras muy cuidadas, y melodías muy trabajadas.

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