I KNOW IM JUST A SINGER-SONGWRITER BUT I LIKE IT
La sala Joy Eslava sirve de marco para la primera edicion de este festival
Por segundo dia consecutivo, la sala Joy Eslava se preparaba para acoger el festival I know Im just a singer-songwriter but I like it, una nueva propuesta de caracter acustico que haria coincidir a cantautores como Josh Rouse, Christina Rosenvinge, Victoria Williams o Simone White bajo el mismo cartel. Luz tenue, sofas y diminutas mesas salpicando la pista conformaban el ambiente intimo y relajado en el que se desarrollaria la velada. No obstante, y al igual que en la primera jornada, los encargados de dar el pistoletazo de salida serian los cantabros de Spoon River, artistas invitados que durante veinte minutos y ante una sala practicamente vacia presentaron Pin-up collection, su disco debut. Le pusieron muchas ganas y mostraron una muy buena actitud en el escenario, pero lo cierto es que el formato acustico no beneficio en absoluto a su estilo electrico, crudo y directo. Con el local aun lejos de alcanzar la temperatura ideal eran solo las ocho de la tarde, la primera cantautora en subir al escenario fue Simone White. Ataviada de forma muy sencilla y armada unicamente de su dulce voz y su guitarra acustica, la hawaiana nos obsequio con las pequenas y delicadas historias de sus canciones, combinando talento y personalidad a partes iguales, y demostrando porque se trata de la artista folk revelacion. Lastima que el publico apenas respondiera pese a su constante busqueda de complicidad y sus esfuerzos por hablar en castellano La siguiente en aparecer en escena seria la companera de gira de Simone, la veterana Victoria Williams, cuya actuacion me resulta dificil de describir dificil porque el particular timbre de su voz por decirlo de manera educada, las repetidas desafinaciones, los temas carentes de melodia y su actitud de total indiferencia lo llevan a uno a buscar la camara oculta sobretodo porque en teoria se trata de una figura reconocida a nivel internacional que siempre se ha rodeado de lo mas granado. Sinceramente, desconozco si ese reconocimiento procede de meritos propios o mas bien de discos tributo que otros artistas tambien muy conocidos han realizado para ella, pero de lo que no hay ninguna duda es de que estuvo fuera de lugar en la Joy Eslava. Afortunadamente, muchos olvidarian pronto el mal rato, pues la siguiente en discordia seria Christina Rosenvinge, uno de los platos fuertes de la noche. Como era de esperar, Christina baso su repertorio en Tu labio superior, su ultimo y mas aclamado trabajo al tiempo que dio un repaso a composiciones anteriores, ofreciendo una actuacion muy variada, con muy buen ritmo y con un sonido sencillamente perfecto. A mi me gustaria haber disfrutado y sentirme tan hipnotizado como el publico, pero he de reconocer que el snobismo con el que identifico a esta artista me impiden emocionarme lo mas minimo con su musica. Por ultimo, en un marco incomparable como es el teatro de la sala Joy Eslava, y el aforo hasta la bandera de personas y expectacion, Josh Rouse saltaba sonriente y sereno a la palestra acompanado por Raul Fernandez al piano y por los resueltos Xema Fuertes y Caio Bellveser, a quienes estamos mas acostumbrados a ver junto a Alondra Bentley. Desde el inicio del concierto el de Nebraska ocupo una silla junto a su microfono que no abandono en toda la velada, y desde la cual se metio al respetable en el bolsillo con su simpatia y, porque no decirlo, buen humor, y por supuesto, con su musica, por la cual recibio las unicas ovaciones de la noche que se escucharon en la sala. Siempre muy preocupado de que todo el mundo se encontrara a gusto, durante su actuacion pudimos oir temas como Sweetie, winter in the Hamptons o Love Vibration, ademas de alguna composicion en nuestro idioma que parece haber adoptado con mucha facilidad. Sin duda, un magnifico broche y muy buen sabor de boca al finalizar este novel festival.