Teatro Nuevo Apolo, Madrid

4-11-2019

Redactor: Suspicius Mind

 

Sublime, épico, tremendo, obsceno y muchas veces insultante, el derroche de talento que se vivió anoche sobre las tablas del teatro Nuevo Apolo en Madrid. Compañías y artistas de muy distinto pelaje han pasado por sus tablas, grandes bailarines, actores y voces, pero lo de ayer fue digno de mencionar, y de recordar.

Abrió la noche una corta pero entretenida y buena actuación de Nina Hayes. En la que incluso empatizó con el público, y consiguió que éste coreara uno de sus estribillos.

El teatro se llenó hasta la bandera para no perderse nada de la actuación del irlandés. Intenso desde el primer acorde, y cercano al público en cada parada que hacía para entusiasmado contar distintas anécdotas.

Queda claro que Glen Hansard ya no es un cantante más, ha conseguido pasar el umbral, ya hace tiempo, de los buenos músicos, para pasar al de los músicos extraordinarios. Posiblemente no ha llegado al gran público, pero que más da. ¿Acaso Nick Cave Mike Scott lo han necesitado?

Superados los vértigos del éxito, se le vio muy cómodo sobre el escenario y divirtiéndose.

Glen Hansard ya tiene un público fiel que le sigue allí donde actúa, y ayer se entregaron mutuamente, para lograr esa comunión entre el artista y público, que convierte el concierto en «mágico».

La banda que le acompaña es brutal, poco más se puede pedir. Con Javier Mas a la guitarra, poniendo esa nota de habilidad y sabiduría, que tan tos años le vimos al lado del gran Leonard Cohen.

El set-list con más de 20 temas, repasó la mayoría de su carrera, centrándose en su último trabajo This Wild Willing.

Si nunca lo has hecho, deberías probar, sumérgete en la música de Glen Hansard.

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