DEWOLFF

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Afortunadamente existen y sino habría que inventarlos

Dewolff 25_15

13/02/25 Sala But (Madrid)

Fotos y redacción: Chema Pérez

Lo de Dewolff con Madrid empieza a ser una relación más que seria. De nuevo llenan una sala, cada vez con más capacidad y mucha gente interesada en la reventa desde días antes del concierto. Siempre que vienen agradecen el lleno, y nosotros su entrega y dedicación. Conciertos con canciones nuevas, sin tiempo para la nostalgia, pero no por ello menos interesantes.

Desde 2009 han sacado trece discos, cuatro de ellos en directo, y es que existen dos Dewolff, los de estudio y los de directo. Desgraciadamente no podemos disfrutar de la sección de vientos y coros que si aparecen en los discos o en conciertos en Holanda, pero por el contrario, podemos escuchar los temas mucho más crudos, extendidos e improvisados. Porque si algo hacen bien Dewolff es el directo.

Desde los primeros compases invitándonos a subir a su Tren Nocturno, ya ponen en marcha la máquina que no para en casi dos horas. En esta ocasión las estaciones eran cuatro de su nuevo disco Muscle Shoals, tres de su anterior Love, Death & In Between y tres de otros discos anteriores. Solo diez temas, pero que diez temas. Solamente con los veintidós minutos que duró Rosita y el inicio con Night Train ya hubiese valido la pena ir al concierto.

La progresión en los cuatro últimos temas es abrumadora, si con Yes you Do no tienes bastante, viene Live Like You y una increíble versión de Snowbird que te deja absolutamente impresionado con los solos de teclado, guitarra y distintos giros y estilos que son capaces de hacer en un solo tema. Y para que veas que no ha sido casualidad, se marcan uno de sus temas estrella, Rosita, donde Pablo van de Poel (guitarra y voz) se da el lujo de arengar a las masas entre el público a modo de predicador anabaptista mientras sus secuaces Robin Piso (teclados) y su hermano Luka van de Poel con una batería básica de siete elementos (para que más) acompañan a la perfección los solos de guitarra y agudos de su voz entre el delirio del público.

Finalizaron con dos temas a modo de bises, Nothing’s Changing y Freeway Flight donde nos hacen recordar sus inicios coqueteando con el rock psicodelia y donde terminan como si fueran un grupo de heavy rock o hard rock.

Estamos ante unos músicos que han evolucionado dentro del rock en diferentes estilos a lo largo de su carrera, Psicodelia, Blues, Swamp rock, Southern rock, Rock Clásico, se nota la influencia de todos, pero tienen su personalidad ya creada y con repertorio más que suficiente para dar conciertos distintos cada vez que vienen. Podrían hacer cualquier estilo que se propusieran porque técnicamente y de actitud van sobrados.

Bromeaban en la Sala Caracol sobre venir a vivir a Madrid por lo bien que son recibidos. Esperemos que así sea, y si ya de paso se cambian el nombre y después de Dewolff pone el grupo de una ciudad o país, que tan de moda está ahora y tantos seguidores tienen, a lo mejor la próxima vez hasta llenaban el Palacio de los deportes. Pero casi mejor que no, sintiéndolo por ellos preferimos calidad a cantidad. Como dijo Pablo, hasta pronto, esperamos veros en un par de años de nuevo, no nos cansamos.

 

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