STRAVAGANZZA

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Stravaganzza siguen convenciendo

En los carteles (virtuales, porque carteles físicos ya casi no se ven), no ponía nada de teloneros. Y en la página de Stravaganzza y de Heineken, el concierto estaba anunciado para las 21:00h. (yo no vi nada de los teloneros). Por lo tanto mi sorpresa fue tremenda, cuando a las 20:40 aproximádamente que fue cuando entré en la sala, me dijo un colega que acababan de terminar los teloneros, que fueron Dulcamara. Ni me enteré de que había tgrupo invitado y me quedé sin verlos.

La sala no estaba llena del todo, pero poco faltó. Stravaganzza, quería hacer un concierto un poco especial en Madrid, tocando su tercer álbum, «Requiem», enterito. Y así lo hicieron, pero de una manera especial. Rodeados de amigos que salieron a colaborar con ellos, toda la noche. Así, a la formación habitual de Leo a la voz, Pepe Herrero a la guitarra, Patricio al bajo, Carlos Expósito a la batería, Nando Martín a los teclados, Aroa a los coros, Natalia en las performances, y el habitual violinista (de cuyo nombre no puedo acordarme), se sumaron esa noche en distintas colaboraciones, Edu de Khael, Ix Valieri, guitarra de Infernoise, Alberto Marín y Molly (para mi de los mejores del concierto.

Quizá porque es más de mi quinta y me quito el sombrero ante él), guitarrista y cantante de Hamlet, Rufo Cantero de Dulcamara y Supra (el proyecto paralelo de Leo), Ulkuam de Supra y de Absenta Dictum, Mero Mero, cantante de Cuernos de Chivo (brutal grupo y potente voz la de este chico) y Dani Pérez de Khael, que junto con Andy C. de Saratoga, fueron las colaboraciones más festejadas por el público. Dani, tocó con unos bombos colocados delante de la batería de Carlos y Andy, tocó una pieza instrumental al teclado, mientras Natalia nos ofrecía un precioso baile con pelotas llenas de confeti que se derramó por encima y al público de las primeras filas.

La verdad es que Stravaganzza, te pueden gustar o no. Sus canciones no van dirigidas a una mayoría de público. Pueden tener muchos detractores. Han sido criticados. Pero hay que reconocer que son unos músicos como la copa de un pino. Leo es seguramente el mejor vocalista que tenemos ahora mismo. Patricio es un gran bajista. Y Pepe es un excelente guitarrista. Si Stravaganzza en lugar de ser una banda española, fuera una banda nórdica, estoy absolutamente convencido de que tendrían reconocimiento a nivel mundial.

Como no podía ser de otra manera, descargaron todas las canciones del disco «Requiem». Momento emotivo, fue la dedicatoria de la canción «Requiem» a los desaparecidos Big Simon y Alberto Madrid. Durante más de dos horas, Stravaganzza estuvieron soltando mucha tralla sobre el escenario, incluyendo varios temas de los dos anteriores trabajos, e incluyendo en el repertorio, la versión de «Hijo de la luna», del single que sacaron en 2.006. Dejaron para el bis final la canción que les dio a conocer y que han convertido en el buque insignia de la banda, «Dios», y el broche final lo puso la versión de Tino Casal, de «Eloise», en la que todos los invitados invadieron el escenario y alguno de ellos, (Leo incluído), terminaron saltando encima del público.

El sonido de Heineken no llegó a dar el cien por cien, cosa que hizo deslucir un poco la voz de Leo durante todo el diretco. Pero aunque yo no soy fan de la banda, tengo que reconocer que estuvieron más que a la altura de lo que su gente esperaba de ellos y fue un muy buen concierto. La gente lo disfrutó a gusto. Quizá se echó de menos alguna de las habituales versiones de Pantera que el grupo suele tocar, pero la verdad es que fue un concierto muy completo, con mucha caña y mucha potencia, además de mucha calidad musical.

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