ViCTOR COYOTE

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Vanguardia frente a tradicion en la industria del vidrio

Ya saben que de unas semanas a esta parte en la sala El Sol de Madrid los martes tienen un programa propio. La subterranea sala se convierte en un club privado, se cierra el ala izquierda, se ponen unas mesas redondas con tapete rojo tarotista y delante unas sillas y mesitas made in Liliput y conseguimos una intima decoracion. Solo nos queda esperar que, como antano por alli mismo, aparezcan las ninas en el salon. El protagonista del helado y pasado 9 de marzo fue Victor Coyote en crudo, acompanado en el escenario por Javier Santos, unos cuantos instrumentos de cuerda, un casiotone, un bombo, dos maracas y una minima arbolada. El repertorio previsto, La logica de los opticos, tenia la sana intencion de analizar las lineas convergentes de tendencia y tecnologia que adornan el razonar del gremio del cristal graduado. Para ello el vehiculo explicativo son las canciones del senor Aparicio. Al parecer el nuevo disco parece mas o menos, y por fin, en el horno, lo cual supone per se motivo de satisfaccion. El repertorio no dejo de lado temas clasicos. Como un extranjero, 100 guitarras o de refilon instrumental, Esta noche me voy a bailar, aunque el peso del cancionero paso por temas de su etapa en solitario como la rescatada Sabe demasiado de Lucha de migajas o Azcona 16, Yo que creo en el diablo al ritmo clasico del Rock 1 del Casiotone o Bastante, bastante de su, hasta ahora, ultimo trabajo, A que viene ahora silbar Adicionalmente discurrieron los nuevos temas, algunos ya oidos en anteriores episodios como La zona oscura a golpe de bombo tribal, y otros de nuevo cuno como el mentado La logica de los opticos, Ristra de mentiras, Joven de cuello vuelto o la auguramos excelente Mirarse el ombligo. Se concluye de su escucha que la linea marcada por su ultimo disco sigue en vigor, virando mas hacia el rock de nueva ola con gusto por la melodia en lugar de los giros a ritmos mas calientes que han marcado buena parte de la trayectoria musical del de Tui. Un entretenimiento musical de contencion pero degustable y pudiendo apoyar su copa en mesa, caballero. Eso si, con poco pie para la demanda de bises que se limitaron a la ultimamente habitual Carro preto a golpe de ukelele. Lo del nuevo disco, urge, oiga .

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