PERSONAL Y TRANSFERIBLE

Ponerse a hacer listas es un despropósito y, seguramente, un error. Aquí va la mía:

1 – Los discos que no han salido de mi móvil desde que me hice con ellos:

– Pale Green Ghosts (John Grant) – Sintetizadores, piano, y la voz de John Grant. GMF tiene la mejor letra de cuantas he escuchado este año.

– Trouble will find me (The National) – Don’t swallow the cap sería, probablemente, mi candidata a canción del año.

– Muchacho (Phosphorescent) – Con el permiso, por supuesto, de Song for Zula.

– The Golden Age (Woodkid) – Pop épico, romántico, barroco y absolutamente genial.  I love you.

– B-room (Dr. Dog) – Diré Phenomenon por decir. No hay canción mala. Matrícula de honor.

– Isles (Wild Belle) – El debut de los hermanos Natalie y Elliot Bergman. Le doy vueltas y más vueltas y sigo sin entender cómo es posible que no aparezca entre los favoritos de popes y gurús. Dense un homenaje esta Navidad escuchando este discazo. De principio a fin.

2 – Otros discos que, si tuviera en vinilo, también estarían rallados a estas alturas:

– León Benavente – León Benavente

– The raven that refused to sing – Steven Wilson

– AM – Arctic Monkeys

– MCII – Mikal Cronin

– Pequeños trastornos sin importancia – Julio de la Rosa

– Random Access Memories – Daft Punk

– Modern Vampires of the City – Vampire Weekend

3 – Serán discazos, pero ni han durado demasiado en el móvil ni se han escuchado mucho por casa:

– Reflektor (Arcade Fire) – Que Alá, Buda y Batman me perdonen. Cierto es que mis expectativas eran exageradamente altas, así que denme tiempo para reflexionar: soy lento de entendederas.

– Dream River (Bill Callahan) – Le emplazo al concierto del 24 de febrero en Madrid para que me muestre lo equivocado que estoy. La revista Mojo dice que es el mejor del año.

– Fields of reeds (These new puritans) – Escuchable en plástico, infumable en directo. Del rollo de ponerte de mala hostia en medio de un festival.

4 – Quisiera incluir, si se me permite, un pequeño índice de canciones sueltas que me parecen enormes y cuyo disco no cito por diferentes motivos, aunque los dos fundamentales (pero, repito, no los únicos) son o que estos temas están muy por encima de la media del disco en el que se encuentran o que, por cualquier razón nunca del todo aclarada, no he escuchado estos álbumes tanto como quizá debiera:

– Megalomania – David Lamaittre (Latitude)

– Tether – Chvrches (The bones of what you believe) – Me gusta decir de ella que los primeros 2’43» se escribieron entre semana y, de repente, llega el sábado.

– Transmissions – God is an astronaut (Origins)

– Bagboy – Pixies (EP1) – Directa a la lista de clásicos de los Pixies, digan lo que digan los puristas.

– Locura transitoria – Extremoduro (Para todos los públicos)

– Penny – Hanni el Khatib (Head in the dirt)

– Más grande que Barcelona – Sr. Chinarro (Enhorabuena a los 4)

– Rushmore – Parade (Amor y ruido)

– When a fire starts to burn – Disclosure (Settle)

– I am sold – James Blake (Overgrown) – La clave de todo está en el balance de graves: súbanlo.

– Formidable – Stromae (Racine Carrée)

5 – El año, por supuesto, también ha estado repleto de discos que aparecen en los primeros puestos de casi todas las listas (de sitios y revistas con gustos musicales parecidos a los míos, evidentemente) y de los que yo -shame on me- he escuchado entre una y ninguna canción. A modo de propósito de enmienda, cito algunos:

– The next day – David Bowie

– Push the sky away – Nick Cave and the Bad Seeds

– Shaking the habitual – The Knife

– Amok – Atoms for peace

– We Are The 21st Century Ambassadors Of Peace & Magic – Foxygen

6 – He creado una lista de reproducción en Grooveshark (abierto, gratuito, sin registrarse) para solaz del respetable: Víctor Martín’s 2013 SOUNDTRACK. De nada.

Y 7: Se abre la veda. Opinen, critiquen e insulten con libertad.