COQUE MALLA – 40 ANIVERSARIO – INVERFEST 2025
Noche memorable en el «reestrenado» Movistar Arena

Movistar Arena, Madrid 31 Enero 2025
Texto: Javi G. Espinosa
Fotos: Álex García
Siempre impresiona, y resulta bonito, ver lleno un recinto como el Palacio de los Deportes (disculpen que nos aferremos al nombre de toda la vida, pero es que no hemos terminado de acostumbrarnos a la última denominación cuando nos la cambian ya por la siguiente), especialmente cuando es alguien de aquí quien cuelga el cartel de «No hay billetes» mucho antes de celebrarse el concierto. Y precisamente a eso veníamos, a celebrar un acontecimiento que seguramente sea más importante de lo que parece. Porque no sólo íbamos a celebrar el 40 aniversario de Coque Malla («¿Cuarenta? ¿Seguro que no son veinticinco?», bromeaba al comienzo del concierto) como músico, como artista, sino que, de alguna manera, celebrábamos también que llevamos cuatro décadas oyendo algunas de esas canciones, que a muchos nos marcaron y nos han acompañado durante casi toda una vida.





Al ir llegando al recinto ya se sentía ese ambiente de las grandes ocasiones, y al entrar se podía notar esa sensación de estar a punto de vivir una noche muy especial, mágica y única. En pantalla íbamos viendo pasar los números cada minuto, desde el 1 al 40, para comenzar puntuales al llegar la hora anunciada. Una estupenda introducción visual nos fue llevando a través del tiempo de forma frenética, recorriendo todo el periodo vital de Coque, con un montaje donde se iban sucediendo acontecimientos y personajes que le han ido influyendo y marcando, hasta llegar al presente.





Los primeros acordes de guitarra que resonaron en un escenario aún sin luces nos hicieron pensar por un momento que el repaso a su carrera musical también iba a ser en orden cronológico, y que tal vez iba a comenzar acompañado de su primera banda, pero enseguida se disipó la duda. «Por las noches» fue la canción con la que abrió el recital, sí, pero acompañado por su banda actual. Coque quiso dejar claro que esta celebración había que vivirla en presente, sin nostalgias, aunque sea momento de mirar atrás y recapitular, pero con la vista puesta en el futuro más que en el pasado.





Enseguida nos presentó a los cuatro músicos que le acompañaban, guitarra, bajo, batería y teclados, más una sección de vientos comandada por su hermano Miguel, que les acompañó en diferentes partes del espectáculo. Porque lo que Coque ofreció fue todo un espectáculo, con unas proyecciones muy curradas, combinadas con imágenes en vivo, que realzaban cada una de las canciones que fueron interpretando. Y enseguida llegó también la primera sorpresa: Cayena, la hija de Coque, apareció en escena para marcarse con él una fantástica coreografía a duo, con lanzamiento de sombrero al público incluído como remate final.





Siguiendo con las presencias familiares, Coque recordó con «La carta» la ausencia de su madre, la gran Amparo Valle, que nos sobrecogió una vez más recitando desde la pantalla. Tampoco tardaron mucho en aparecer los primeros invitados anunciados: Rulo y Dani Martín, dos personas muy importantes en los últimos tiempos para Coque, salieron juntos para acompañarle en «¿Volverá?«, y poco después se subió a las tablas Anni B. Sweet para compartir ese «No puedo vivir sin tí» que ya es también un poco suyo. Y cerrando el círculo familiar, la dedicatoria de «Una sola vez» a su padre, Gerardo Malla, una reflexión sobre la consciencia de la realidad cuando perdemos a los seres queridos.







Coque fue dando rienda suelta a todas sus facetas, desde la pose de rockstar hasta la de crooner, desmelenándose con la guitarra eléctrica o recogiéndose en la intimidad acústica, como al quedarse sólo sobre el escenario para hacer «Berlín«, una canción compuesta en esa época en que las cosas no fueron fáciles para quien pasó del glamour y el éxito masivo al frente de Los Ronaldos a recorrer de nuevo cientos de kilómetros para encontrarse muchas veces con salas pequeñas y casi vacías. Una travesía por el desierto que lejos de hundirle le hizo más fuerte, y sin la que seguramente no hubiera llegado a donde está ahora.




Y en medio de esa intimidad apareció otro gran amigo, Leyva, para cantar y tocar juntos «Hasta el final«. Volvió a ir apareciendo la banda sobre el escenario con «El último hombre en la Tierra«, hasta incorporarse los vientos en un crescendo que acabó con todas las luces del recinto encendidas para hacer «Adiós, Papá» con todo el público cantando. En pleno karaoke colectivo y sin apagar los focos, Coque recibió a Ariel Rot, para enganchar con «Mucho mejor» (o sea, la de «hace calor«), en lo que parecía ya el fin de fiesta. Pero no, aún quedaba por salir Kase.O a rapearse «Un lazo rojo, un agujero«, en un ambiente totalmente festivo y discotequero.





Y faltaba algo más. Para muchos, lo más esperado, y lo más importante. Lo primero que anunció Coque al presentar esta celebración de su carrera entre amigos. Faltaba que volvieran a juntarse sobre un escenario Los Ronaldos. Sus primeros compañeros, sus inseparables amigos, su banda favorita. Ricardo y los Luises volvieron a reunirse en un escenario con ese chaval que nos había contado cómo todas las semanas venía a hacer gimnasia con su clase a este mismo recinto, tan cercano a su barrio, a su casa, y que ahora estaba allí corriendo y saltando de nuevo entre compañeros y amigos, pero en unas circunstancias totalmente distintas, y que entonces nunca hubiera podido soñar.
Como si no hubieran pasado cuarenta años, allí estaban de nuevo los cuatro miembros históricos de Los Ronaldos, tocando «Guárdalo«, y «Ana y Choni«. Y hasta Pablo Novoa, el quinto Ronaldo, se unió para hacer «Sabor salado«, con los vientos también de vuelta. Y volvió a sonar «No puedo vivir sin tí«. Y ya. El sueño, como todos los sueños, terminó. En este caso, demasiado pronto. Nos hubiese gustado que hubiesen hecho alguna canción más, pero qué le vamos a hacer. No conviene aferrarse demasiado al pasado, ni mirar atrás más de lo necesario.




Después de esta reunión tan esperada parecía que la noche ya había llegado a su fin, pero aún faltaba otro amigo más, que tampoco podía faltar en esta celebración. Iván Ferreiro tuvo el privilegio de despedir junto a Coque este inolvidable concierto, cantando «Me dejó marchar«. Y así, con «At last» de la gran Etta James sonando de fondo, nos marchamos de allí, satisfechos y felices por haber sido testigos de una noche singular, que marca un nuevo hito en el devenir de este inquieto artista, tan devoto de los Beatles y los Stones como de Fred Astaire, que lo mismo rinde tributo a Lou Reed que a Ruben Blades, y que esperemos que nos siga emocionando y sorprendiendo otros cuarenta años más, por lo menos.


Setlist: Por las noches / Sólo queda música / Este es el momento / Extraterrestre / La carta / Aunque estemos muertos / ¿Volverá? / Todo el mundo arde / La señal / No puedo vivir sin tí / Una sola vez / Berlín / Hasta el final / El último hombre en la Tierra / Adiós, papá / Mucho mejor / Un lazo rojo, un agujero // Guárdalo / Ana y Choni / Sabor salado / No puedo vivir sin tí // Me dejó marchar
