EL MEJOR OFICIO DEL MUNDO por Diego A. Manrique
Editorial: Ediciones Efe Eme
Texto: Javi G. Espinosa

Llama la atención el título de este libro: El mejor oficio del mundo. Y denota satisfacción y agradecimiento, por haber podido cumplir eso que cualquiera querría: trabajar toda la vida haciendo lo que te gusta. Aunque, por otra parte, el propio autor aclara que esto ya no es lo que era: el oficio de periodista musical se ha ido devaluando y desvirtuando – como tantos otros, desgraciadamente. Aun así, la conclusión es que mereció (y sigue mereciendo) la pena.
Diego Manrique es uno de los verdaderos referentes de la prensa musical en este país. Adalid de la vieja guardia con más de medio siglo en la brecha, desde su juventud en Burgos hasta su aterrizaje en Madrid, sigue siendo una de las voces más autorizadas y respetadas al hablar de música. No en vano, a lo largo de todos estos años ha compartido vivencias y experiencias con lo más granado de aquí y de fuera, de los más diversos palos, desde Serrat y Sabina hasta Dylan o Lou Reed, pasando por Tequila, Depeche Mode o casi cualquiera que se nos pueda ocurrir. Y con todos trata de ser imparcial, y de mantener esa distancia prudencial que separa el trato profesional del personal (aunque con algunos haya tenido más intimidad que con otros, cosa que tampoco esconde).
En este libro, Diego recoge y actualiza artículos que ha ido publicando en la sección La última bala, de la revista Cuadernos Efe Eme, reagrupados temáticamente, para dar una visión global del mundo de la música: su trato con los artistas, sus viajes (siempre con la antena orientada a la búsqueda de discos allá donde va), su paso por diferentes medios escritos, radiofónicos y televisivos (resulta imposible repasar los programas musicales más importantes que ha habido en nuestra historia sin mencionar El ambigú, Diario Pop, Popgrama o ¡Qué noche la de aquel año!, entre otros muchos).
Con su elegante sarcasmo, pero sin pelos en la lengua, Diego calla mucho más de lo que cuenta, que a pesar de ello no es poco, al revés: son muchas y muy jugosas las anécdotas que va soltando como perlas a lo largo de los diferentes textos, dando a veces pistas de eso que no cuenta, pero hay cosas que es mejor no airearlas. El respeto, y también la discreción, son valores esenciales, especialmente a la hora de tratar según con qué personas.
Sin engreimiento alguno, sin alardes, sin pontificar, pero sin falsa modestia, el señor Manrique puede estar orgulloso de echar la vista atrás y recapitular ese medio siglo largo de dedicación a la música, y de haber tenido el mejor oficio del mundo – con sus luces y ¡ay! sus sombras. Diego: mis respetos, mi admiración y, cómo no, mi envidia (sana, por supuesto).
Rústica con solapas. 232 páginas, con fotos. Formato: 17 x 24 cm.
Editado por Efe Eme
