JUDAS PRIEST – MEGADETH – TESTAMENT

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¡Viva el Heavy Metaaaaal!

Qué buen rollo ver de nuevo a la familia del Metal reunida para ver un concierto. A pesar de lo pronto que comenzaba todo la cantidad de grupos obligaba y del sol primaveral, a media tarde ya habia un impresionante ambiente en torno a la plaza. Los comentarios iban dirigidos en dos sentidos principalmente. la calidad del sonido y el estado de forma de Halford. Las apuestas eran a que el concierto sonaria fatal y que Halford estaria regular. Lo asombroso es que con esas previsiones se vendiera el 90 del papel. En algo se acerto y en algo no. Pero vamos por partes. A eso de las siete y cuarto se abrieron las puertas y cinco minutos antes de las ocho ya estaba percutiendo el primer grupo, TESTAMENT. Como decian de El Cid. Que buen vasallo, si tuviera buen senor. Un grupo solido, con una trayectoria impecable y que se caracteriza por realizar unos shows llenos de temas clasicos del tras, ademas de por la presencia de dos puntales como Alex Skolnick, demostrando que va mucho mas alla que el mero guitarrista de un grupo ruidoso y Chuck Billy, un frontman con magnetismo, peso mas alla del fisico y una voz envidiable. Todo tapado, oculto y arruinado una vez tras otra por el sonido. Ya paso en junio del año pasado en la Heineken y volvio a ocurrir de nuevo. Temazos clasicos como Souls of Black The New Order o incluso mas recientes como The formation of Damnation, fueron complicados de escuchar tras el ruido indistinguible de la plaza. A su favor hay que decir que no se inmutan, que mantienen una actitud ejemplar y que lo que se percibe detras del infierno sonoro que les acompana por castigo es soberbio. Algun dia espero verles con la nitidez suficiente para disfrutar a tope con ellos. Y se abrio la cupula. El publico, ya experimentado y bastante exigente, aplaudio como si alguien hubiera marcado gol, porque sabia que cuando se abre el techo de la Cubierta es senal de mejora en el sonido. Ademas, las ganas de disfrutar de MEGADETH en este pais son siempre muy grandes. A las nueve de la noche hizo su entrada Mustaine. Como siempre, rabioso y sin ceder ni un milimetro, nos lanzo una andanada con Sleepwalker y Wake Up Dead antes de, milagro Hacer un guino al publico con una reverencia. Siempre se ha dicho que el pelirrojo disfruta aqui como en pocos sitios, porque se le adora. Eso es cierto. Y ademas debe ser asi, porque la forma del parco lider de MEGADETH es siempre impoluta. Ejecuta sus temas de forma agresiva, sin grandes alardes, pero sin caer en rutinas. Ademas, tiene la suerte de contar con canciones que ponen al publico a cien, como esos tres finales. Hangar 18, Peace sells el mas jaleado y Holy Wars, con el que cerro una actuacion de muy buen nivel, ayudada porque el sonido habia mejorado bastante, aunque se escucharba bastante bajo, sobre todo las guitarras, para lo que debe ser un concierto de buen metal. Aun asi, muy satisfechos con lo visto, empezamos a prepararnos para nuestro objetivo final. The Gods of Metal. Que inmenso placer cuando a las diez y media de la noche empezo a sonar la introduccion del ultimo disco. La banda sale y, desde un ascensor, emerge Halford con su ya tradicional capa y el tridente, para interpretar Prophecy, uno de los pocos cortes salvables de ese Nostradamus. Enseguida se nota que la fuerza que trae esta vez es otra y los que dudaban de sus posibilidades se la envainan. Metal Gods, Eat me Alive y la impresionante Between the Hammer and the Anvil ponen de manifiesto que, ayudado por la mesa, el reverb, los efectos y todo lo que se quiera, aqui hay un cantante como la copa de un pino. Con sesenta anos, pero un cantante de impresion. Y, por supuesto, Downing y Tipton impecables. La mejor pareja de guitaras que haya dado nunca el Heavy justifican su sueldo de manera espectacular. La puesta en escena se parecia a la anterior gira, asi como los gestos. Las banderas colocadas en el escenario, sobre las pasarelas laterales y a continuacion Devils Child, Breaking the Law y Hell Patrol, todas muy bien defendidas, y eso que la ultima es dificil de narices, oigan. La verdad es que esta parte del show fue de extasis. Halford se gustaba, las guitarras sonaban fenomenal y Scott Travis aporreaba de bateria de forma maravillosa. El problema, del que todos nos dimos cuenta, es que han sacado un disco que es un toston y algo tienen que cantar de el. Mira que solo son dos temas, pues tienen que elegir precisamente uno de los mas aburridos, ese Death que, por mucho que hiciera salir a Halford con una silla de rey movida sobre railes, paro el animo de los presentes que no se recuperaron precisamente ni con Dissident Agresion ni con la balada Angel. Ese corte de digestion se pudo superar de cara al final, por supuesto, porque la artilleria de que disponen es brutal. Electric Eye precedida por The Hellion, Rock Hard, Ride Free y un largisimo Sinner, mostraron toda la dinamita de la banda, con el calvo agotando sus imposibles chaquetas y sus agudos. Para el final, en un alarde de valentia que debe premiarse, dejaron la complicadisima de cantar Painkiller, que se mantuvo a un buen nivel, aunque parecio destrozar al cantante. Nadie en su sano juicio le puede pedir que se mantenga como hace veinte anos, asi que contentos por el intento y la entrega. Y llego el bis, con lo previsto. Hell Bent for Leather, The Green Manalishi with the Two Pronged Heads y Youve Got Another Thing Coming. Ahi debia acabarse todo, pero por una vez, los Judas, animados por Scott Travis, se lanzaron para regalarnos un Living Alter Midnight que no entraba en el guion y que, definitivamente, justifico el precio, el mal sonido de TESTAMENT y a la madre que los pario. Viva el Heavy Metal, señores.

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