BRUCE SPRINGSTEEN y THE E STREET BAND

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Valladolid tuvo su gran noche de rock

Si el Boss no viene a la montaña, la montaña tiene que ir hasta el Boss.

Como esta vez la gira española de Springsteen se ha “descentralizado” (5 conciertos en 8 días, pero ni Madrid ni Barcelona), salimos a su encuentro, y por fecha – sábado – y proximidad nos vamos a Valladolid.

El ambiente en estos casos se siente por toda la ciudad desde que llegas: un concierto de estas dimensiones en una ciudad como la del Pisuerga es un gran acontecimiento del que todo el mundo se entera. De hecho, después de suspenderse los Stones hace ya dos años y de quedarse a media entrada Depeche Mode hace cosa de un mes, se notaban ganas de tener por fin un gran concierto con el estadio lleno, aunque la tremenda tormenta que nos recibió al llegar a mediodía nos hizo temer por la celebración del evento, pero a la hora de comer la cosa se había despejado y nadie dudaba ya de la gran velada que íbamos a poder disfrutar.

Buena organización en cuanto a transporte en bus y accesos al estadio (por lo que estoy leyendo mientras escribo esto, en Santiago al día después han tenido peor suerte en este aspecto), y ya una vez dentro el ambiente era el de las grandes ocasiones.
Poco después de las 9, con bastante luz aún, comenzó a escucharse un acordeón a ritmo de pasodoble (¡el profesor Roy Bittan tocando “España Cañí”!) que marcaba la salida a escena de la banda, recibida con un entusiasmo creciente que se convirtió en estruendo al oir el “¡Hola Valladolid!” del Jefe.

A partir de ahí, el carisma de Bruce, la solvencia de la E Street Band y las ganas de disfrutar de todos los allí presentes fueron suficientes para que el concierto se fuera desarrollando como era de esperar: empezando con “Badlands”, “No Surrender” y “Night” es imposible fallar, aunque hay que cambiar de ritmo para irse dosificando, y dejar cantar a la gente, deseosa de participar. Springsteen domina como muy pocos el tempo del concierto, manejando a su antojo a un público siempre entusista, que agradece los detalles (esos niños a los que deja el micro para que canten, esa chica que sube al escenario a bailar…).

Entre un repertorio sin muchas sorpresas y justito en cuanto a grandes clásicos, destacar la larga lectura rockera del “Johnny 99”, y sobre todo la concesión al público de un “Great Balls of Fire” realmente incendiario. Luego el tono general fue más relajado, recuperando el pulso para un final que ya sí encadenó un himno tras otro para no parar de saltar.

Un gran concierto más del Boss y su banda, pero quizá se nota ya tanto tiempo girando, que están rematando la gira por Europa, que aún tienen que seguir tocando a su regreso a USA, y seguir reinventándose cada día es una cosa siempre complicada.

O quizá el problema es de los que, después de verle tantas veces, esperamos que la siguiente sea mejor aún que las anteriores y eso, claro, es cada vez más difícil; quizá algunos estamos malacostumbrados y somos especialmente exigentes con quienes siempre dan todo, porque ¿se puede pedir más a quién sigue con 60 años dando conciertos de 3 horas sin descanso?

SETLIST: España Cañí (Roy Bittan al acordeón) / Badlands / No surrender / Night / Hungry Heart / Outlaw Pete / Spirit in the Night / Working on a Dream / Seeds / Johnny 99 / Trapped / Raise Your Hand / Great Balls of Fire / Something in the Night / Surprise, Surprise / My Love Will Not Let You Down / Waitin’ on a Sunny Day / The Promised Land / Girls in Their Summer Clothes / American Skin (41 shots) / Lonesome Day / The Rising / Born to Run // Seven Nights to Rock / American Land / Bobby Jean / Dancing in the Dark / Twist and Shout.


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