GARAGE SOUND FEST

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Un soplo de aire fresco que deja buenísimas impresiones, y alguna cosa que pulir

Una semana ha tenido que pasar para poder analizar con perspectiva suficiente lo ocurrido en Rivas el pasado 14 y 15 de julio, y sí, definitivamente ¡queremos más GARAGE SOUND FESTIVAL!

VIERNES 14 JULIO

La primera edición de este festival, que ya pintaba de lujo en cuanto a su planificación y su apuesta por mezclar a otro nivel el mundo del rock y el motor (el formato en sí ya existía, pero no de esta forma), ha acogido hasta 15 bandas de gran calidad y distintas a las que ofertan dentro del circuito habitual; aderezando el evento con exposiciones y exhibiciones de vehículos de dos y cuatro ruedas. Cartelazo y apuesta arriesgada, pero a la vez una cita muy atractiva que, como detallaremos más adelante, tuvo sus puntos positivos y negativos. Nada grave, eso sí, y subsanable en futuras ediciones. El balance general es realmente positivo.

A primera hora del viernes hubo poca asistencia de público, para lo que era de esperar, aunque numerosos medios acudieron con intención de no perderse detalle de esta primera edición, ni de la banda que inauguraba el festival. Algo que no pudo ser, debido a un malentendido entre organización y seguridad.

Nos habían advertido que se iba a retrasar todo (apertura y actuaciones) una hora aproximadamente, algo que no nos gustó (nos sentó como un tiro, la verdad), máxime si tenemos en cuenta el sofocante calor de ese fin de semana y la falta de espacios de ocio cercanos al auditorio para poder amenizar la espera. A pesar de lo anunciado, la música empezó a la hora prevista en el programa (al principio pensamos que tan sólo se trataba de la prueba de sonido), pero acceder fue imposible debido a que  el personal de seguridad aún no tenía orden de abrir. Eso hizo que nos perdiésemos los primeros cortes de Neon Delta, y que la banda tocase frente a un mermadísimo público tres cuartas partes de su repertorio. En cualquier caso, los madrileños fueron los encargados de abrir el festival en un escenario de lujo, con un sonido estupendo, pero ante cuatro gatos mal contados. Una pena, ya que es de lo mejorcito de nuestro panorama rockero actual y se les notaba frustrados por perder una oportunidad como ésta. Aun así, cumplieron con garra tocando parte de su repertorio habitual que incluye el  primer Ep ‘Imparable’. Pusieron ganas pero, ante la situación, apenas pudieron lucirse; algo que aceptaron con resignación, dándolo todo en las tablas del Miguel Ríos.

En esta primera hora y media también notamos falta de información y coordinación entre el personal a la hora de ocuparse del cambio de moneda (los famosos tokens o fichas que te dan a cambio de euros, para poder comprar comida y bebida). Lo mismo sucedió en las barras, que, a pesar de estar preparadas, no pudieron abrir al público casi hasta las 18:30 horas (la apertura de puertas fue a las 17 horas). Para poder afrontar el calor, el agua del baño tuvo que suplir la falta de líquido. A su favor hemos de decir que contaban con duchas habilitadas dentro del  recinto (un gran acierto).

Pasados estos momentos de confusión – en parte, entendible al tratarse de una primera edición – el festival sólo mejoró. Poco a poco el recinto se fue llenando de gente, a pesar de que el viernes la asistencia fue escasa, y las bandas que siguieron pudieron lucirse un poco más.

Llegó el turno de los espectáculos de motor. Entre actuación y actuación realizaron un show de minimotos donde unos jovencísimos pilotos (niños de corta edad) nos obsequiaron con derrapes, trompos y diferentes maniobras en motos de cross (diminutas algunas de ellas).

Cuando Shawn James & the Shapehifters el público ya era más numeroso. A pesar de que había oído grandes críticas del vocalista, era la primera vez que teníamos la ocasión de verle en España junto a su banda y sorprendieron gratamente. Con un vozarrón espectacular, Shawn (quien ya estuvo tocando en solitario en una genial gira por varias ciudades como Madrid, Barcelona o Bilbao),  se hizo acompañar de un alocado y virtuoso violinista, un bajo batería y un segundo guitarrista que además tocaba el banjo en diferentes canciones. Aunque sonaron muy bien, hubo cortes en los que el volumen fue excesivo y había detalles de banjo y violín que se perdían desde el lado izquierdo del escenario. Aun así una gran banda, con potentes temas de rock e influencias sureñas, que dejó con ganas de más, mucho más. Cañeros y activos sobre el escenario. Estamos ansiosos de volver a verles pronto por España (al día siguiente dieron el do de pecho en la sala Razmatazz 3 de Barcelona), altamente recomendables.

Siguiendo con el tema que rodeaba a los conciertos, la organización había habilitado varios puestos de comida y barras, además de diferentes tiendas donde comprar botas, ropa, accesorios y una gran parafernalia rockera y motera. También había un puesto de merchand y de firmas de autógrafos, por la que fueron desfilando buena parte de las bandas durante todo el fin de semana. Además una amplia carpa albergaba la original exhibición de coches y motos y distintas bicicletas estilo chopper y antiguas. Interesante darse una vuelta por allí y contemplar verdaderas maravillas de dos y cuatro ruedas.

El motor dio paso a uno de los platos fuertes:  The Answer. Salieron muy motivados,  la gente que había acudido a verlos quería pasárselo bien y se esforzó en corear y animar a la banda. Esto ayudo a aumentar la entrega de los músicos que, a su vez, mostraron su cara más divertida liderados por su vocalista Cormac que en momento del show bajó del y se metió en el medio del público cantando agachado entre todos. Un directo cercano y limpio, y que resultó ser el mejor show del viernes.

Tras ellos, llegaba otra parte esperada por muchos: los saltos de freestyle, situados en las rampas colocadas detrás de la mesa de sonido. Un granado número de motoristas deleitaron a los asistentes con espectaculares saltos, piruetas, volteretas y desafíos a la ley de la gravedad. Se trató de una de las partes más divertidas del evento, y que fue la encargada de amenizar las  siempre tediosas esperas en los cambios de escenario.

 

Les llegaba el turno a los cabezas de cartel, The Darkness, posiblemente el concierto más esperado por muchos en la primera jornada (aunque confieso que no es santo de mi devoción). Por suerte, el sonido continuó siendo de auténtico lujo para un recinto de las características del Miguel Ríos, convirtiéndose en uno de los mejores eventos en este aspecto que se han celebrado en este espacio. Fue un directo muy divertido para todos los seguidores de la banda. Justin Hawkins se mostró muy entregado, luciendo un traje ajustadísimo de color azul brillante acabado en campana y abierto por el pecho hasta más abajo del ombligo que le daba un cierto aire setentero, dio buena muestra de sus trabajadas  y características voces en falsete, y con su enorme sonrisa fue el que atrajo la mayoría de las miradas. Hawkins no paró de moverse, de correr de un lado al otro del escenario, de hacer bromas con sus guitarristas y con el público, e incluso, casi al final del show, se subió a hombros de un roadie, y estuvo tocando su guitarra entre el público durante unos minutos. Un concierto que dejó muy buen sabor de boca.

Tras la actuación de The Darkness, volvió el freestyle, además un trío de chicas vestidas de forma muy sugerente que subidas a los coches y camiones de exhibición amenizaron al respetable.

En este momento, el aforo empezó a aflojar. Mucha gente se fue yendo del recinto, reservándose para el día siguiente o también para aprovechar el transporte público, a pesar de que la organización había montado un servicio de autobuses a Madrid (que arrancaba a las 12 de la noche y duraba hasta las 4 de la madrugada).

Le llegaba el turno a Dios salve a la Reina, tributo argentino a Queen. Una banda que tiene una puesta en escena muy cercana a la banda original con caracterizaciones muy acertadas de todos sus músicos e imitando incluso los movimientos de Queen. No solo el vocalista en este caso, sino incluso el bajista se nota que ha estudiado muy bien la manera de moverse y de tocar de John Deacon. El grupo interpretó un repertorio muy centrado en los temas más conocidos y populares de Queen, que la verdad sea dicha nos hicieron cantar y bailar a gusto. Aunque debo decir, que he visto otras bandas tributo a Queen que, sin caracterizarse tanto visualmente, me han convencido más en el terreno musical, pero fue un concierto animado, muy trabajado y que realmente nos hizo pasar un buen rato.

Aquí ya las fuerzas hicieron mella tras el calurosísimo día y a pesar de que había muchas ganas de ver a Mustach que cerraban esta primera jornada, no pudimos aguantar. A la salida del recinto, comprobamos que habían aparcado a las puertas unos preciosos y monstruosos camiones de estilo americano con los que más de uno, nosotros incluidos, no pudimos evitar la tentación de hacernos una fotos.

SÁBADO 15 JULIO

Algo cansados del día anterior, pero con muchas ganas, encaramos la segunda jornada de esta primera edición que prometía y mucho con los grandes nombres que coronaban el cartel; como Thunder o Extreme que, sin duda, cumplieron con creces. Ante un calor de justicia, y esta vez entrando sin dificultad, la tarde arrancaba con el toque particular de alma country que la banda Folsom Prison Basic le imprime a las canciones y a sus interpretaciones; una buena elección para poner en marcha a un público que el sábado terminó siendo bastante más numeroso que el día anterior, aunque lejos de lo que se merecía la original propuesta. Siguiendo el concepto americano del que bebe el Garage Sound Festival, en el que como ya hemos dicho convive el motor, la música y el espectáculo, hubo tiempo para vivir una pequeña fiesta “vaquera”, siguiendo la misma temática, antes de que los bilbaínos Los Brazos saliesen a dar muestras de su trabajado rock and roll. A pesar de la calidad de su último disco ‘Gas’, todo aquel que haya tenido la oportunidad de verles actuar (y quien les habla lo ha hecho en un par de ocasiones) sabe que lo suyo, sin lugar a dudas, es el directo. La energía que transmiten, el disfrute con lo que lo hacen y lo que se divierten en el escenario, sin desmerecer su calidad musical, es contagioso. Guillermo Gutiérrez, conocido como ‘William’ (voz y guitarra), y José Miguel Gándara, ‘Txemi’ (bajo y coros) llevan el peso del show, mientras que Alberto Chamorro, ‘Koki’, lo apoya desde la distancia que le obliga su puesto como batería.

Este era tan sólo el preludio de unas divertidas doce horas de actuaciones de todo tipo, incluidas las de unas embarazadísimas (no todas) Barbe Q Barbies que demostraron de qué manera se puede combinar la música con un avanzado estado de buena esperanza (en el caso de la vocalista Niki) y salir más que airosas de la situación. Abriendo con el tema ‘One More (And I’ll be gone)’ y la rítmica ‘Whole Lotta You’, disfrutando de con ‘Let Me Out’ y cerrando con ‘STFU’ repetían, en parte, un esquema que les viene funcionando en sus últimas giras. Las BQB fueron el único grupo compuesto enteramente por mujeres y, aunque el rock no es cuestión de género, son una buena representación de lo que pueden hacer las féminas en el rock and roll.

 

 

A eso de la media tarde, el incansable terremoto de Tony Wright de Terrorvision hacía temblar las tablas del Miguel Ríos con su ‘Alice What’s The Matter’. Clasificar la música de los británicos nunca ha sido tarea fácil, manteniéndose entre dos aguas, ni demasiado duros, ni demasiado blandos pero con varios hits de los que marcan, y muchos de los cuales pudo disfrutar el público del GSF: ‘Tequila’, ‘MyHouse’ y el imprescindible ‘Oblivion’. Los 90 fue su época dorada, pero es muy satisfactorio comprobar que hoy por hoy mantienen todas las cualidades que les hicieron famosos y mucha, pero que mucha, energía que ofrecer.

 

Metidos en harina, tras el espectacular freestyle llegaba uno de los momentos más deseados para los asistentes, tras años de espera los fans de Ugly Kid Joe, por fin, tenían la oportunidad de disfrutar del directo de los estadounidenses. Si echamos la vista atrás, su fama llegó relativamente pronto, con su primer trabajo America’s Least Wanted y su hit ‘Everything About You’ que empezó a escucharse en todas las radios del país; pero después de varios éxitos y una última gira con Bon Jovi, Van Halen y The Pretenders (que pasó por España), la banda se separaba en el 97, antes de regresar a los escenarios en 2010. Por todo ello, su actuación se intuía especial y los primeros acordes de ‘Neighbor’ confirmaron este hecho.

El grupo logró mantener el nivel del inicio durante toda su actuación, que además contó con un gran sonido y con ya clásicos como ‘No One Survives’, ‘Devil’s Paradise’, la divertida ‘Funky Fresh Country Club’ y el fantástico cover de ‘Ace of Spades’ (Motörhead), para terminar con ‘Everything About You’. Un set list muy centrado en sus grandes éxitos, que en definitiva era lo que se esperaba de ellos en su ansiado regreso por España.  Por cierto, que Whitfield Cran – que sigue manteniendo ese espíritu y actitud arrolladora– y su grupo repetían actuación al día siguiente en la Sala Bóveda de Barcelona.

 

Las acrobacias sobre dos ruedas volvieron a cobrar protagonismo. El público pudo ver el espectáculo mientras esperaba la llegada de la banda de Boston, uno de los grandes reclamos del GSF. Cuando por fin Extreme subió al escenario, la explanada del Auditorio Miguel Ríos presentó su mayor lleno hasta el momento. Aquellos que se habían dispersado para disfrutar de las opciones que ofrecía el festival pillaban sitio para no perderse otra de esas actuaciones memorables con fecha única en España y que lidera la presencia y la garra de Gary Cherone.

Al igual que pasaba con Ugly Kid Joe, los americanos habían generado ganas y con tan sólo escuchar el inicio de ‘It ‘s a Monster’ el público enloqueció. Es difícil escoger entre los temas del largo set list que los norteamericanos tocaron en su directo (de hecho, se alargaron más del tiempo previsto, quitándo esos minutos a las siguientes bandas), pero entre ellos no faltaron los memorables ‘Get the Funk Out’, ‘Rest in Peace’ y, algo más lenta, ‘Am I Ever Gonna Change’. Cherone y el guitarrista Nuno Bettencourt no han perdido ni un ápice de esa aura que les dio gran popularidad en los 80, y que logró fascinar a muchos a principios de los 90. En su directo no suelen faltar la pieza de Nuno, que interpretó a la perfección, y tampoco la archiconocida ‘More Than Words’ (tema que odias o amas), y no, esta ocasión no iba a ser menos. Sin duda otro de los grandes momentos llegó con ‘Cupid’s Dead’, ‘Take Us Alive’ y su interpretación del ‘We Are The Champions’ de Queen. El directo de Extreme no suele fallar, y también este día dejó a un público altamente satisfecho. Por cierto, que Nuno recorrió toda la valla que le separaba de la gente para dar la mano a todos aquellos que se arremolinaron para estar más cerca de los músicos, y no fueron pocos, un gesto que le honra.

Ahora sí que sí se entraba en la recta final de esta primera edición del festival y, a pesar de las horas, quedaban dos grupos de renombre: los inconmensurables Thunder y Nashville Pussy. Previo a su salida, la organización realizó la entrega de los premios a los mejores coches y motos, que estuvieron expuestos durante ambas jornadas del festival.

Fue una actuación impecable la de los ingleses Thunder, en la que no faltaron temas como ‘Resurrection’, ‘In Another Life’, ‘Serpentine’ o ‘I Love You More than Rock n’ Roll’ con la que cerraron. Una hora y un set list demasiado corto para buena parte de los asistentes que esperaban con ansias su directo. En cuanto a Nashville Pussy, por desgracia, aunque nos hubiera gustado nosotros no pudimos disfrutar del concierto que los de Atlanta ofrecieron en Rivas dentro de su gira Ten Years of Pussy, pero según nos han dicho: “su actuación no desmereció al nivel alcanzado por las bandas del festival, tocando temas como ‘Good Night For A Heart Attack’ o ‘Go Motherfucker Go’”.

Como conclusión final, según la aceptación general y los comentarios de la gran mayoría de asistentes, esta primera edición ha dejado muy buen sabor de boca dando un trato excelente a la prensa y al público por parte de todo el personal que ha trabajado en este Garage Sound Festival. Ofreciendo muchas comodidades y generando buen rollo ambos días. Tenemos ganas de que continúen con una segunda edición, y muchas más, siempre que mantengan esta idea de apostar por cosas diferentes, con bandas emergentes y puliendo pequeños detalles, que seguro se solventarán en próximos años. Lástima que el público a veces parezca adormilado y sólo se interesen por las mismas “grandes” bandas de siempre, o que apuesten por festivales repetitivos. Pero el Garage nos ha traído un soplo de aire fresco y, sinceramente, esperamos que se consolide como un festival anual en Madrid.

Nota: Mención aparte merece la puesta en funcionamiento por primera vez de la Plataforma Musical #FEELTHEMUSIC, un sistema  que transmite las vibraciones de amplio espectro a través de un suelo flotante que permite a las personas con discapacidad auditiva el sentir y disfrutar de los espectáculos musicales en directo. Un pequeño número de no oyentes pudieron estrenarlo de forma satisfactoria, según pudimos constatar durante las actuaciones del sábado. Esperamos que iniciativas como esta se repitan para que cualquiera pueda disfrutar en eventos donde, como en este caso, el rock, y por lo tanto el sonido, supone el 50% del atractivo.

Podéis ver todas las Fotografías del Festival en el siguiente vídeo de nuestro canal Youtube:

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