JAVIER GURRUCHAGA Y LA ORQUESTA MONDRAGON

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EL CIRCO HA VUELTO A LA CIUDAD
Texto y fotos: Javi G. Espinosa
17 Enero 2019, Teatro Barceló (Madrid) INVERFEST 2019

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Después de un largo tiempo sin apenas actividad, hace unos años que la Orquesta Mondragón despertó de su letargo y comenzó una nueva andadura en la que han vuelto a grabar y a hacer giras, recuperando un protagonismo que, aun sin igualar el esplendor de sus mejores tiempos, les está llevando de nuevo a subirse a escenarios importantes y a reencontrarse con sus viejos seguidores.

Quizás esa fuese una de las cosas que llamaban la atención nada más entrar: la media de edad. Los más jóvenes superaban los cuarenta de largo, y de ahí para arriba. Al menos, ya que la juventud no les ha descubierto (o no les ha encontrado la gracia, vaya usted a saber) han sido capaces de convocar de nuevo a los parroquianos de antaño y sacarles de casa por una noche para cantar, bailar y pasar un buen rato.

El espectáculo circense dirigido por Gurruchaga no ha perdido vigencia, especialmente en lo que el circo tiene de diversión y de sátira, aunque su propuesta se centre ahora más en lo musical y no tanto en lo teatral, pero está claro que ambas vertientes se complementan y se necesitan. El gran histrión que siempre ha sido Javier Gurruchaga mantiene intactas sus dotes para el espectáculo y la farsa, y conserva el buen humor y la mala leche de quien se ríe de todo y de todos, empezando por sí mismo.

El maestro de ceremonias ha reunido una joven banda muy solvente, sin grandes alardes pero efectiva: batería, guitarra, bajo, teclados y un saxo, suficiente para arropar sus éxitos de toda la vida y un buen puñado de versiones ajenas – demasiadas, quizás, cuando lo cierto es que tienen suficientes éxitos propios para armar un buen repertorio. Igualmente sorprende ver que Javier tire casi todo el concierto de atril para cantar unas canciones que debía tener más que grabadas en la memoria después de tres o cuatro décadas cantándolas.

Por lo demás, la velada estuvo muy entretenida y la gente se lo pasó en grande, especialmente quienes hacia el final del concierto pudieron subir al escenario, invitados por la estupenda bailarina cubana que acompaña a la orquesta, para hacer una multitudinaria conga con los músicos, y algunos hasta pudieron cantar en el micro que les ofrecía el jefe de pista.

Un respiro instrumental mientras Javier se transformaba para el número final: caracterizado de Donald Trump, salió al ritmo de (cómo no) “Ponte peluca” repartiendo hamburguesas por las primeras filas, para acabar liándose a mamporros con un bigotudo muñeco de rasgos hispanos al que mandó por los aires con tan violento entusiasmo que algún cable se soltó y les dejó sin sonido por unos momentos. Recuperada la corriente, restaba despedirse con la emblemática “Lola, Lola” que acabó desembocando en un “Hey Jude” entonado a coro por toda la sala.

Un entrañable viaje al pasado y un agradable reencuentro con uno de los showmen más singulares y carismáticos que haya dado este país. El circo sigue vivo, y el espectáculo debe continuar. Pasen y vean, la función va a comenzar.

Setlist: Corazón de Neón / Tic, Tac (Mi viejo despertador) / Caperucita Feroz / Stand by me / Anda suelto Satanás / Imagine / Roadhouse Blues / Garras humanas (con Rafa de La Unión) / Suzie Q / Olvídate de mí / That’s alright Mama / Bon Voyage / Lolita / Ellos las prefieren gordas / Back in the USSR / Viaje con nosotros // Peter Gunn / When the saints go marchin’ in / Ponte peluca / Lola, Lola

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