THE GARLIC PHANTOMS

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Una banda. Una gira. Una canción ¿Quién da menos?
Texto y fotos: Javi G. Espinosa
9 Mayo 2019, Wurlitzer Ballroom (Madrid)

Seguramente esto no llegará a ser la gira del lucro indecente (o igual sí, con esta gente nunca se sabe) pero desde luego tiene pinta de ser un capítulo más del gran timo del rock and roll. The Garlic Phantoms. Así se hacen llamar estos dos tipos que, con toda su poca vergüenza, se han sacado de la manga una banda por la jeta, de la noche a la mañana, y encima ya van de estrellas, habiendo grabado sólo una canción – que además tampoco es nada del otro mundo, la verdad sea dicha. 

La cosa empezó aprovechando el ruido mediático que generó el asalto de Kitai al récord Guinness de tocar en directo sin parar: no se sabe muy bien cómo, pero uno de estos dos desalmados consiguió colarse como invitado para hacer una canción con ellos, y como el tío ni siquiera es músico tuvo el morro de traerse a un colega que sí controla un poco de musiquilla, y hasta tuvieron la desfachatez de ponerse un nombre. Así, a lo tonto, lo que en aquella ocasión hasta reseñamos aquí con irónica generosidad, describiéndoles como una efímera banda, debieron tomárselo en serio, y se vinieron arriba, y han acabado creyéndose que son de verdad un grupo. Y ahí están, me temo que en buena parte para llevarnos la contraria por aquella inocente e inconsciente frase mía (quién me mandaría), anunciando sin sonrojo que van a hacer una gira, incluso que – usando a saber qué malas artes – ya están confirmados en algunos festivales de renombre nacional. 

Así las cosas, entre la curiosidad y la culpabilidad, no podíamos perdernos su debut en un escenario para saber de qué van estos apestosos fantasmas (el nombrecito da juego, eso sí). Y qué queréis que os diga, al menos no podemos decir que engañen a nadie: dan justo lo que prometen. Una canción. One song, no flash. Y ya. Si te despistas te lo pierdes. Aunque hay que admitir que no lo hacen mal del todo, los tíos. Sólo el valor que hay que tener para dar un concierto de una sola canción – y encima cobrar la entrada – ya es digno de admiración. 

Pasando por alto que tuvieron que liar a otros dos coleguitas para poder tocar su «hit» encima de un escenario, hay que reconocer que al final entre los cuatro montaron una de cuidado, alargando hasta casi el doble los tres minutos y medio prometidos, en un alarde de rebeldía contra ellos mismos. Destrozaron la canción (al final no se sabía muy bien si era la suya o cualquier otra, y casi que daba igual), además de los tímpanos de la concurrencia y casi, casi los instrumentos y el equipo. Muy convincentes, la verdad. Tampoco esperábamos más, la verdad es que ni siquiera esperábamos tanto. 

Habrá que ver de qué son capaces ahora. ¿Cuál será su próxima ocurrencia? ¿Una recopilación antológica con DVD grabado en la gira de regalo? ¿Un disco de duetos, el uno con el otro y el otro con el uno? ¿Un crowdfunding para costear su separación? No descarten nada, amigos. Porque así es el punk, y parece que a The Garlic Phantoms, hoy por hoy, a punks no les gana nadie. 

En fin, vean y juzguen ustedes mismos: por una vez, y sin que sirva de precedente, ponemos aquí el concierto completo (cortesía del amigo Mikel Marco, que tuvo la paciencia de grabarlo, y la gentileza de compartirlo)

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